Fidel Lorenzo Merán, expresidente del CODUE.
SANTO DOMINGO.- El expresidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue), Fidel Lorenzo, considera que la situación que atraviesa el país es más seria de lo que se percibe a través de los medios de comunicación porque se trata de un sector social que se ha auto convocado sin un liderazgo que lo controle, lo que en cualquier momento pudiera salirse de control.
Lorenzo precisa que si se tratara de una convocatoria hecha por partidos políticos fuera más fácil de manejar porque obedecería a una cabeza que fijará límites de dónde parar.
“Hay un aspecto que es el de los partidos políticos y otro que es el de la población, que siente y lo está manifestando, que se le han vulnerado sus derechos y al parecer las explicaciones de la JCE no han convencido a la sociedad ni ha demostrado el asumir responsabilidad con lo que ha pasado”, expresó.
Indicó que es peligroso porque como ya se ha vistos en otros países, los movimientos sociales no tradicionales han sido muy efectivos en la demanda que han venido expresado, y que lo visto en República Dominicana, de un sector joven clase alta y media que se ha auto convocado y que ha tomado fuerza en diferentes regiones del país.
Entiende que eso afectará la inversión económica, el circulante y el sistema bancario.
Indica que la JCE está demoralizada y se ha afectado en su credibilidad, ya que era muy pobre la que tenía y ahora está por el piso, lo que le obliga a dar pasos asertivos en lo que haga en lo adelante.
“La JCE no puede seguir actuando sola, tiene que involucrar a los partidos políticos que son los partidos políticos, que son los actores del proceso y tiene que hacerse acompañar de los organismos internacionales que están como observadores en el país, para que de alguna manera puedan legitimar sus acciones y así recuperar un poquito de credibilidad y poder organizar las elecciones”, dijo Lorenzo.
Agrega que la JCE tiene que profundizar las investigaciones y dar resultados convincentes a la sociedad sin tratar de blindarse ni asumir que lo sucedido con las elecciones fue un simple error de rigor diario que no tuvo ninguna intención maliciosa.
