Recién se celebró en el país la decimonovena reunión de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), en la cual se llevó a cabo un desmenuzado análisis del presente y futuro de los sistemas de pensiones en América y el resto del mundo.
Dicho encuentro constituye uno de los foros especializados de mayor relevancia en el mundo previsional de las jubilaciones.
El evento contó con prestigiosos especialistas de la economía como Xavier Sala i Martí y Klaus Schmidt Hebbel, así como de sistemas de pensiones como Carlos Ramírez, Yuzhao Xie, Gautam Bhardwaj, David Tuesta y muchos otros. Entre los temas cubiertos cabe destacar el análisis de la viabilidad de los sistemas actuales en vigencia, los desafíos y mejoras de los sistemas de pensiones, la aplicación de la economía del comportamiento y otros tópicos esenciales del mundo previsional.
Una de las primeras conclusiones es la mostrada inviabilidad económica de los sistemas de reparto y la solidaridad intergeneracional, afectado por una población mundial cada vez más envejeciente y presiones presupuestarias insostenibles. De igual manera se analizó el efecto de los mercados informales y la necesidad del Estado auxiliar a los menos favorecidos con un pilar de solidaridad social.
En cuanto a nuestro país, se evidenció a través del estudio y desglose de las reformas recientes al sistema mejicano, que es viable la introducción de mejoras, así como la ampliación de la base de aportantes. Para ello se hace necesario el uso cada vez más de la tecnología y la voluntad política.
Hay otro sinnúmero de posibles mejoras, que van desde la necesidad de nuevos instrumentos de inversión y diversificación, hasta los pobres niveles de sueldos y bajos niveles de aportación en comparación con regímenes más exitosos.
Ojalá las experiencias y el intercambio de ideas e iniciativas explayadas a lo largo del cónclave internacional nos sirvan para reforzar el convencimiento de que son posibles las mejoras y alejarnos de la demagogia irresponsable que procura destruir las pensiones futuras. No podemos permitir que la post verdad y la polarización del populismo político determinen el futuro de nuestra vejez.