Mientras sus compañeros, incluidos el Procurador y el Presidente de la República pretenden hacerse los suecos, Felucho Jiménez, miembro del todopoderoso Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), lo ha dicho sin ambages: las obras construidas por Odebrecht fueron sobrevaluadas, y la dirigencia peledeísta lo sabía, siempre lo supo, aunque hasta ahora ha guardado un silencio sospechoso, agrego yo.
Me parece muy pertinente su planteamiento de que a las obras realizadas por Odebrecht se les haga una auditoría técnico-financiera para determinar el monto real de la estafa que le hizo esa empresa brasileña al país, en complicidad con un puñado de funcionarios y dirigentes políticos corruptos, cuyo liderazgo se sustenta en el fango de la corrupción.
Usted podría creer o no la denuncia que hace Felucho, que no ha hecho más que corroborar lo que tantos otros hemos dicho, y lo que ya es un secreto a voces, pero al decirlo uno que está dentro de la casa no deja de ser sintomático y relevante.
Felucho, que a lo mejor sangra por la herida del Coral, fue certero y categórico al advertir que los US$92 millones que la empresa brasileña reconoce haber repartido en sobornos a funcionarios es lo menos importante, pues los cuartos están en las sobrevaluaciones de las obras. Y tiene la razón.
“Ya quisiera Odebrecht y todo el que robó con Odebrecht conformarse con buscar los US$92 millones”, si ese fuera el problema “lo hubiesen buscado hace rato”, dijo Felucho.
Ciertamente, esos US$92 millones son paja de coco comparados con no menos de 634 millones de dólares en sobrevaluaciones que sacó Odebrecht a un país pobre como República Dominicana. Y eso es un crimen cuyos cómplices locales, la mayoría de ellos altos dirigentes del PLD, deben pagar si queremos parar ya la corrupción. Ya basta de impunidad.
Las declaraciones de Felucho equivalen a dejar desnudos en medio de la calle a los miembros del Comité Político morado; tanto así que habló en la mañana, y ya en la noche el secretario general, Reinaldo Pared Pérez, relinchó, y dijo que estaba dispuesto a cantar y acudir ante la Procuraduría para ser interrogado sobre el caso, como en efecto hizo ayer junto a otros conmilitones del Senado y un atropellante equipo de seguridad.
Felucho dio nuevamente en la diana a propósito de Punta Catalina, cuando tildó de risible el hecho de que el país pida ayuda a la ONU para investigar la licitación de esa obra, que debe ser terminada, pero no por Odebrecht, pues se trata de una empresa que ha admitido actuar como delincuente repartiendo sobornos y sobrevaluando para obtener jugosas ganancias a costillas de los dominicanos.
Cuando el presidente Danilo Medina retó a que alguien lo imputara por el caso Odebrecht no contaba con estas declaraciones de Felucho, que si bien no reconoció que la empresa financiara la campaña de Medina, dejó bien claro que aquí rodó mucho dinero sucio proveniente de los sobornos.
Les guste o no a los “tutumpotes” del PLD, el caso Odebrecht, Punta Catalina incluida, debe ser aclarado y aquellos que recibieron sobornos tienen que devolverle al Estado los millones que cogieron, además de ir presos. Lo contrario sería más impunidad y de eso estamos cansados.
Si Danilo quería que alguien lo imputara, porque considera insuficientes las denuncias de los sapos odebrechtianos allá en Brasil, ahí tiene la denuncia de Felucho como un misil lanzado a quemarropa.
Y e so es imposible que sea ignorado por él y sus compañeros.