Si usted sale a la calle y pregunta quién fue Miguel Ángel Feliú Arzeno, el 99 por ciento respondería que no sabe. Y no sabe porque en las escuelas dominicanas no se imparte historia contemporánea. Miguel Ángel Feliú Arzeno fue un héroe y un mártir.
Su valor, consistencia y patriotismo lo hacen merecedor de una distinción especial, sin ignorar, por supuesto, el valor y sacrificio de otros grandes dominicanos.
Jamás capituló ante Trujillo y siempre dio un paso al frente para combatirlo, porque detestaba sus métodos de terror y sangre aplicados en contra del pueblo.
Fue el único combatiente en participar activamente en las tres acciones armadas de más importancia antes del ajusticiamiento del tirano, honor que muy merecidamente se le reconoce.
Primero estuvo en Cayo Confite, Cuba, en 1947, loable intento por derrocar a Trujillo –con previo entrenamiento militar- que fracasó; después llegó por Luperón, Puerto Plata, el 19 de junio de 1949, con un puñado de encomiables combatientes encabezados por Horacio Julio Ornes, que aunque también fracasó dejó huellas indelebles en el corazón de muchos dominicanos amantes de la libertad.
Por presión internacional y de la OEA, en un gesto de aparente generosidad, Trujillo indulta a los prisioneros y luego les permite viajar a Venezuela el 30 de mayo de 1950.
Diez años después del desembarco de Luperón, Feliú Arzeno regresa de nuevo por Constanza. el 14 de junio de 1959. El 19 y 20 “desembarcaron” los demás expedicionarios de la Raza Inmortal por Maimón y Estero Hondo.La casi totalidad de estos eviternos idealistas dignos de los más sonoros aplausos y reconocimientos fueron masacrados de manera perversa, cruel y sádica.
Sólo sobrevivieron Mayobanex Vargas, Poncio Pou Saleta, Merardo Germán, Gonzalo Almonte Pacheco y los cubanos Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal Guerra.
Feliú Arzeno nació en Puerto Plata el 19 de agosto de 1915. Transcurren los años y Miguelucho, como le llamaban algunos amigos, llega con sus padres, general Quírico Feliú y doña Ofelia Arzeno, a Santo Domingo, donde en poco tiempo se convierte en un destacado deportista y en ídolo juvenil. Su atractivo personal y carisma le ganaron también la admiración de muchas y hermosas muchachas de la sociedad capitaleña.
Era sobrino de Luis Arturo Arzeno Colón (don Tuto), jefe de la Policía Nacional en la década del cuarenta, del escritor Luis Arzeno Rodríguez y Julio Arzeno, primer folklorista dominicano, y primo del doctor Juan Tomás Mejía Feliú, excatedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y exrector de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Después de nutridos bombardeos por parte de los aviones, aislados los expedicionarios del catorce de junio en las montañas y el acoso incesante por parte de los soldados y campesinos, Feliú Arzeno cae prisionero y es trasladado a la base aérea de San Isidro, donde al verlo, Ranfis, que lo conocía, exclamó sorprendido: -¡Miguelucho!-
. -¡Tú otra vez!- Y él respondió: -“Sí. Y si me sueltan vuelvo de nuevo para matar a ese perro”.- Refiriéndose a Trujillo. Cuentan que su muerte fue horrorosa. Pero murió sin claudicar ni doblegarse, porque fue un hombre íntegro, puro, un héroe y mártir cuyo patriotismo y valentía son muy difíciles de emular.