Aunque es ampliamente conocido que el deporte nacional, en sentido general, está en una crisis tremenda, se hace más notable cuando los dirigentes, al estar en guerra, lo admiten públicamente.
La semana pasada, Ronald Santana, representante legal de las federaciones de Esgrima, Tiro, Surfing, Badminton y Pentatlón Moderno, suspendidas por el Comité Olímpico Dominicano (COD), en una rueda de prensa y a través de un documento público, se quejó porque a las demás organizaciones les entregaron sus fondos económicos, considerándolo un abuso, porque la mayoría no escapa de las contradicciones internas que se suscitan dentro del sector deportivo.
Interpreto, que sería lo mismo decir, que el Ministerio de Deportes (Miderec) no tiene moral para suspenderles las asignaciones económicas, cuando en su mayoría están iguales…¡Afectadas, por mal manejo!
Se sabe que hace tiempo el deporte dominicano está en una crisis, esencialmente por la falta de planificación y el buen manejo de los recursos económicos que aporta el Estado.
Esa crisis se agudizó, cuando el buen amigo César Cedeño fue ministro de Deportes y decidió entregar directamente los recursos económicos a los presidentes de las federaciones.
Ahí mismo se creó una división tremenda, acabando con la equidad. Esa decisión permite a los presidentes de federaciones apoyar a sus adeptos y olvidarse de los que no lo son, sin importar que esa plaza sea importante para el desarrollo de esa disciplina deportiva.
Además, eso permitió que todas las federaciones pasaran a convertirse en empresas, con nóminas administrativas, en las que no es difícil que aparezcan familiares del presidente de la federación y sus allegados.
Es increíble que en nuestro país existan 39 federaciones deportivas, como lo consigna el documento de las federaciones suspendidas, mucho más que países desarrollados como Estados Unidos (22) y España (31).