Fausto Rosario: “La libertad de expresión en RD es absoluta”

Fausto Rosario: “La libertad de expresión en RD es absoluta”

Fausto Rosario: “La libertad de expresión en RD es absoluta”

Fausto Rosario Adames es director de Acento.com.do y fue fundador de Clave Digital.

SANTO DOMINGO.-Fausto Rosario Adames es un periodista las 24 horas, inquieto, acucioso, emprendedor. Es director de Acento.com.do. y fue fundador de Clave Digital y del Semanario Clave.

Ha publicado cuatro libros, y trabajado en televisión, radio, en los diarios El Siglo, Hoy, El Caribe, en las revistas Rumbo y Gaceta Judicial, y nos ha concedido esta entrevista en la cual tratamos temas como: libertad de expresión, la censura y autocensura, calidad de la información, redes sociales, informaciones falsas…

La Sociedad Interamericana de Prensa dice que en RD el periodismo se ejerce sin censura, pero, ¿hay autocensura en los periodistas dominicanos?
La libertad de expresión en República Dominicana es absoluta, y ni siquiera los límites establecidos por la ley de expresión y difusión del pensamiento se respetan. La autocensura carece de valor, porque todo es conocido con los medios de este tiempo hipertecnológico. Si alguien la práctica -y es probable que sí- será juzgado por su propia conciencia.

Como director de un medio de comunicación a diario se presentan situaciones con funcionarios o legisladores, ¿puede contarnos una anécdota en particular?
Todos los días hay historias que contar y los medios las cuentan. En las redes sociales se dice de todo. En la radio y en la TV se cuenta algo menos, pero todo es posible decirlo.

Lo que no se puede resolver es la hipersensibilidad de algunos personajes y funcionarios, que con los medios formales son más exigentes y desconfiados, sin ningún motivo. En la política y en las instituciones públicas hay personas con calidad, fundamento y buenas intenciones. Los trogloditas también abundan.

Por el año 2010 usted fue amenazado tras haber publicado artículos sobre narcotráfico y corrupción, 13 años después, ¿ha cambiado el panorama en torno a estos temas ?

El riesgo es congénito al ejercicio periodístico. En cualquier país y lugar. Por ello los periodistas estamos obligados a vivir en alerta. Aquí hay libertad de expresión, pero temas como el narcotráfico, la corrupción, los conflictos de intereses dan para cualquier amenaza, y uno siempre debe mantenerse alerta.

No sólo por las potenciales agresiones físicas o intentos de asesinatos, sino también por los consabidos intentos de asesinar reputaciones.

Profesionales del periodismo con un historial conocido por su intransigencia en la integridad y por su verticalidad, que son atacados, desconsiderados, con actos que no pueden ser calificados sino con la descripción de la extorsión y el intento de silenciarlos.

¿Cree que los gobiernos dominicanos han ejercido presión a periodistas y medios de comunicación?
Claro que sí. Unos gobiernos más que otros. En los 12 años de Balaguer la intolerancia y la agresión era constante. Los asesinatos de periodistas callaron a muchas personas.

Otros gobernantes encontraron métodos de presión más sutiles: con el presupuesto publicitario oficial, con designaciones de allegados, con la tacha de colocar a medios al lado de los partidos opositores.

Entre los propios periodistas hubo divisiones como consecuencia de las posturas frente a los gobiernos. Luego fue la profesionalización del periodismo, la colegiación periodística.

Hoy es menos común. Los medios han cambiado mucho y los gobiernos se han acomodado a una relación fraternal con los medios. Es más productiva esa relación amistosa, siempre que se mantenga en el marco del respeto, en lugar de la tensión y del pugilato.

¿Hay calidad en las informaciones que se le ofrece al público desde los medios periodísticos?
Los medios mantienen su dinámica informativa, con más o menos rigurosidad. Los medios actuales confirman las informaciones que se distribuyen primero por las redes sociales, en muchos casos como simples rumores o versiones inexactas.

Los medios profesionales del periodismo se han convertido en los “verificadores” para el lector que no da por sentado lo primero que aparece en las redes sociales. En ese conflicto de las redes con los medios formales se ha perdido parte del rigor informativo, pero lo que queda del periodismo profesional y calificado es gracias a los medios tradicionales y digitales.

El rigor, la comprobación, el contexto en la información y la opinión no disfrazada es propia de los medios. En las redes está todo, la avalancha que trae el dato, vecino de la mentira y la manipulación, el ataque a la moral de cualquier persona. Y el esfuerzo para distinguir una cosa de otra debe ser muy intenso, y mucha gente se equivoca. Ese es nuestro drama hoy día.

¿Cuál es el papel del periodista ante una información falsa que parece ser verdad?
El periodista debe confirmar la información y ser más riguroso. La superficialidad se le puede dejar a las redes y a los opinólogos que abundan en todas las plataformas.

El rigor debe ser la tabla de salvación del periodismo. No hay otro camino. Lo defino como el amor y el apego al dato.

Los periodistas debemos ser sabuesos de los datos, de las historias fundamentadas, de los géneros que han perdido impacto, como el reportaje, la semblanza, la crónica. Una opinión la ofrece cualquiera, todo el mundo opina, pero una crónica es propia del buen periodismo. Debemos insistir en rescatar los géneros periodísticos.

¿Las redes sociales son fuentes confiables?
De ninguna manera. Sólo aquellas fuentes institucionales podrían ser utilizadas o de personas reconocidas que prefieren expresarse a través de ellas.

Y muchas veces ni siquiera son confiables, porque existen y abundan falsificaciones. Las simulaciones, fábulas, mentiras, tergiversaciones en las redes.

En algunos países más del 60 por ciento de los contenidos en las redes son falsos. Por esa falsificación los medios tradicionales son los confirmadores de las informaciones, los que avalan lo que realmente ha ocurrido.

Videos que te envían sobre supuestas actuaciones, y generalmente resultan falsificados, trasplantados de otros momentos y países, de hechos ocurridos hace años. Los periodistas que utilizan las redes tienen que cuidarse mucho, porque les filtran con frecuencia falsas noticias.

¿Cuáles géneros periodísticos se han perdido en el periodismo dominicano?
Principalmente la crónica y el reportaje. Son los géneros más afectados por la avalancha de opiniones y tergiversaciones, por el corre corre por ser primero en informar, por la carrera por los temas “tendencias”, por el afán de “posicionarse”.

¿Con cuáles periodistas te identificas?
Me identifico con los profesionales del periodismo, y si son profesionales que creen en la democracia, en la libertad, en la apertura a las opiniones adversas, que tienen sentido de responsabilidad política, pues mucho mayor es mi identificación.

¿Hay periodistas cómplices del poder?
¿Y cuándo no ha habido periodistas, políticos, cientistas sociales, burócratas que no sean cómplices del poder? En todas partes y en todas las áreas los ha habido.

Los políticos necesitan asesores, allegados, aliados, subalternos, gente que haga el trabajo en la comunicación social y en cada área que les permita gobernar bien o dominar como desean los medios para llevar a buen puerto sus administraciones.

Pero, además, la comunicación institucional existe, y es necesaria. y siempre hay periodistas que pueden colaborar o puede participar del ejercicio gubernamental de la comunicación.

El periodista Ignacio Ramonet afirmó que “la prensa está viviendo un momento traumático por la irrupción de Internet y que ha desaparecido como cuarto poder’’, ¿qué opinión le merece esta reflexión?
Los cambios son significativos, especialmente en cuanto a la percepción sobre el poder de los medios de comunicación.

Ahora la gente tiene la posibilidad de expresarse en las redes, con el problema de que hay profesionales de la mentira y la distorsión, con experiencia y ganas para enturbiar los espacios comunicacionales.

El Internet ha terminado con el cuarto poder mediático, que lo ejercían grandes empresarios y editores en el pasado. El mundo de la comunicación es otro hoy, más amplio, más diverso, más variado y democrático.
En su función de director de medio, ¿qué les exige a los periodistas?
Profesionalidad, rigor, consistencia y entrega.