Un nuevo fármaco disponible abre un cambio de paradigma para la cura del ACV
Cada año, más de 11,9 millones de personas en todo el mundo sufren un accidente cerebrovascular (ACV), una de las principales causas de discapacidad y muerte, según el último informe de la Carga Global de Enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés). En América Latina, la tasa de mortalidad sigue siendo alarmante, con un aumento del 24,1% en las muertes en las últimas tres décadas.
Ante esta realidad, la ciencia no ha cesado en su lucha por mejorar los tratamientos. Uno de los avances más celebrados por los expertos ha sido la introducción de la droga tenecteplasa, que implicó un salto de calidad y eficacia respecto de su antecesor, la alteplasa, y un cambio de paradigma en el tratamiento de esta urgencia médica, ya que permite reducir las secuelas y mejorar las tasas de recuperación, un paso clave en la batalla contra una enfermedad que sigue siendo una de las mayores amenazas para la salud global.
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La droga tenecteplasa está disponible en centros médicos con unidad multidisciplinaria para tratar el ACV isquémico agudo en algunos países de América Latina, como por ejemplo Argentina. De esta forma, aunque ya se encuentra disponible en determinados centros especializados de la región, no está todavía a la venta para pacientes fuera de esos establecimientos.
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El tratamiento de un ACV isquémico, que representa un 90% de estos incidentes, depende en gran medida del tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta la intervención médica. Este factor temporal es clave porque las probabilidades de recuperación funcional y de un buen resultado clínico están directamente relacionadas con la rapidez con la que se administra el tratamiento fibrinolítico, como la alteplasa o la tenecteplasa. La ventana terapéutica para estos tratamientos es limitada, ya que son más efectivos cuando se administran dentro de las primeras 4,5 horas desde el inicio del cuadro.
Tras el bloqueo de una arteria cerebral debido a un coágulo (o trombo), es decir, de un ACV isquémico, el cerebro comienza a sufrir daño rápidamente, con un deterioro progresivo de las funciones cerebrales. En ese contexto, cada minuto que transcurre sin una intervención significa la muerte de células cerebrales, lo que aumenta el riesgo de secuelas graves y de discapacidad permanente. Así, las primeras 3 a 4 horas son consideradas el momento óptimo para administrar el tratamiento, y el riesgo de complicaciones aumenta exponencialmente a medida que avanza el tiempo. De hecho, es dentro de este lapso crítico cuando se obtienen los mejores resultados clínicos.
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El doctor Pablo Ioli, presidente de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA), destacó a Infobae la relevancia de innovaciones como la tenecteplasa “en un tratamiento tiempo-dependiente como el ACV, ya que permite cumplir con los tiempos críticos y mejorar las posibilidades de recuperación”. “El ACV es una de las enfermedades donde cada minuto cuenta, porque el cerebro pierde 2 millones de neuronas por minuto. Reconocer los síntomas y actuar rápido puede cambiar el desenlace”, señaló.
La administración de tenecteplasa ha mostrado ser una opción especialmente ventajosa en cuanto a su efectividad y simplificación del tratamiento. A diferencia de la alteplasa, que requiere un manejo más estricto en su dosificación y administración intravenosa, la tenecteplasa permite una única inyección intravenosa, lo que facilita una intervención más rápida y eficiente, sin requerir un monitoreo tan preciso. Sin embargo, la administración de cualquiera de estos tratamientos dentro de la ventana de tiempo crítica sigue siendo fundamental para evitar el daño irreversible.
Un estudio de expertos uruguayos, cuyos datos fueron publicados en la Revista Médica de Uruguay en 2024, comparó la efectividad clínica de la tenecteplasa frente a la alteplasa en el tratamiento de ataque cerebrovascular isquémico mediante trombolisis intravenosa.
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El análisis, cuyos autores fueron los doctores Alberto Deicas, médico intensivista jefe de CASMU-IAMPP, junto a Inés Rodríguez y Pedro Grille, ambos de la misma institución de salud, incluyó 69 pacientes entre 2019 y 2022, de los cuales 33 recibieron alteplasa y 36 tenecteplasa. Los resultados mostraron que no hubo diferencias estadísticamente significativas en las escalas de coma de Glasgow, NIHSS, Rankin modificada, mortalidad a los seis meses, ni en las complicaciones hemorrágicas intracraneanas entre ambos grupos. Los expertos sugieren que la tenecteplasa podría ser una alternativa razonable a la alteplasa debido a su mayor facilidad de implementación y mejor relación costo-beneficio.
Por su parte, la doctora Virginia Pujol Lereis (MN 110.450), subjefa del Servicio de Neurología Vascular del FLENI, remarcó que disponer de una nueva medicación segura y efectiva de fácil administración, “ayuda a agilizar la instancia de abordaje hospitalario, contribuye al cumplimiento de los tiempos recomendados para actuar y obtener mejores resultados”.
Una de las principales diferencias entre tenecteplasa y alteplasa radica en que la primera de estas drogas tiene una vida media de entre 20 y 24 minutos, significativamente mayor que la de la alteplasa, que se encuentra entre 5 y 10 minutos. Esta característica le permite a la tenecteplasa permanecer más tiempo activa en el organismo, optimizando su acción terapéutica.
En cuanto a la dosis, la tenecteplasa —elaborada por el laboratorio Boehringer Ingelheim— requiere solo 0,25 mg/kg, una cantidad menor que los 0,9 mg/kg necesarios para la alteplasa. Esto no solo favorece su administración, sino que también reduce la complejidad del tratamiento. Además, el tiempo de administración es mucho más corto para la tenecteplasa: se aplica en apenas 5 a 10 segundos, en comparación con los 60 minutos que exige la alteplasa. Esta diferencia hace de la tenecteplasa una opción mucho más ágil y eficaz, especialmente en contextos de emergencia médica donde el tiempo es crucial.
Por su parte, un el estudio realizado por los neurólogos Javier Francisco Torres Zafra, de la Fundación Clínica Shaio en Bogotá, y Germán Enrique Pérrez Romero, Profesor Titular en Neurología y Medicina Interna de la Universidad Nacional de Colombia, consideraron que la seguridad y eficacia de ambos fármacos son similares, pero el uso de tenecteplasa podría generar una respuesta más rápida y una mayor mejoría neurológica, con un mayor número de pacientes alcanzando evaluación de la escala de Rankin modificada (mRS) entre 0-1 y 0-2, sin que se presenten mayores tasas de sangrado intracerebral ni de mortalidad en los 90 días posteriores.
Este avance se produce cuando aún “el panorama global en la Región de las Américas de cómo estamos frente a la situación de enfermedades cerebrovasculares, particularmente del accidente cerebrovascular, ha empeorado en los últimos años”, resumió a Infobae el doctor Esteban Londoño, máster en Salud Pública y profesor e investigador en la Facultad de Medicina de la Universidad CES, en Medellín, Colombia.
Londoño precisó que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte de toda la región de las Américas. “Anualmente mueren 2 millones de personas por esta causa en la región”, dijo, y destacó que “de este número, se considera que aproximadamente unas 700.000 eran muertes evitables o prevenibles”.
En ese marco, el doctor Ioli enfatizó el papel fundamental de la prevención en la lucha contra el ACV, al señalar que “la prevención es el pilar más sólido para combatir esta enfermedad” y resaltó que “cada pequeño cambio en el estilo de vida puede tener un impacto significativo en la reducción del riesgo de sufrir un ACV”.
Cómo prevenir el ACV
La prevención del accidente cerebrovascular es un desafío que requiere un enfoque integral, donde diversos hábitos saludables juegan un papel clave. Según el doctor Pedro Lylyk, referente internacional en el tratamiento de ACV y Director de la Clínica Sagrada Familia y ENERI de la Ciudad de Buenos Aires, adoptar hábitos de nutrición saludables desde edades tempranas y mantener el cuerpo en movimiento a través de actividades como deportes, bailes o ejercicios favoritos son acciones fundamentales para reducir el riesgo de sufrir este tipo de incidentes.
“Si tenemos hábitos de nutrición saludables desde edades tempranas —dijo a Infobae—, si activamos nuestro cuerpo en movimiento, ya sea con deportes, con bailes, con actividades físicas favoritas, habremos contribuido muchísimo en la prevención del ACV”.
Además, el control médico periódico es esencial. Los chequeos seriados y a tiempo pueden detectar factores de riesgo y prevenir complicaciones graves. En este sentido, evitar sustancias perjudiciales como el cigarrillo, el alcohol y las drogas, que incrementan significativamente el riesgo de ACV, es otro pilar de la prevención. El doctor Lylyk resaltó que “si tenemos controles médicos seriados y a tiempo, si evitamos las sustancias perjudiciales, como el consumo de cigarrillos, alcohol y drogas, que aumentan significativamente el riesgo de ACV, habremos contribuido muchísimo en la prevención.”
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Sin embargo, uno de los mayores factores de riesgo, y a menudo el más controlable, es la hipertensión arterial. El control adecuado de la presión sanguínea, ya sea mediante dietas o con tratamiento médico, es crucial para prevenir eventos cerebrovasculares. “La batalla fundamental debemos darla combatiendo la hipertensión arterial, ya sea con dietas o con el control médico de la hipertensión arterial”, dijo.
Otros elementos que influyen en la prevención del ACV incluyen el sueño. El doctor Lylyk destacó que “un factor que se ha visto claramente relacionado con la disminución del ACV es el sueño de calidad y el movimiento del paciente”, reiteró.
Por último, la sociabilidad también juega un papel importante. El aumento de la interacción social, en todas las edades, tiene efectos positivos en la prevención de esta afección. “El aumento de la sociabilidad en todos los grupos etarios también es un factor importante en la prevención del ACV”.
Fuente: Infobae
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