SANTO DOMINGO.-Las condiciones de vulnerabilidad y extrema pobreza en que viven familias de áreas periféricas de la provincia Santo Domingo, y otras de Cristo Rey en el Distrito Nacional los mantienen en estado de ansiedad, no solo por falta de comida, sino también por el temor de contraer el COVID- 19 y no contar con protección.
El primero de esos sectores, donde ya se registran dos casos del coronavirus es en Los Pepines, del sector Carlos Álvarez, en Punta de Villa Mella, donde residen unas 70 familias y no han recibido ningún tipo de ayuda, según Ramona de la Cruz, presidenta de la Junta de Vecinos Los Pepinos.
“Nuestro barrio está rodeado por una cañada, y por lo tanto, en una zona muy vulnerable, y ante esta situación de salud que estamos viviendo, con la Pandemia, los moradores están pasando muchas necesidades económicas, ya que en su mayoría vive del chiripeo”, significó Ramona de la Cruz.
Dijo que ni el Plan Social de la Presidencia les ha llevado ayuda, como tampoco reciben las del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil, en virtud de que no tienen escuelas de Jornada Extendida.
El entorno carece de calles asfaltadas, dispensarios ni hospitales y solo dependen en estos momentos de la generosidad que les puedan brindar, según la comunitaria ubicada en la calle Siloe número 4 de Los Pepines (La 28), quien solicitó ayuda urgente para esa barriada.
Alto riesgos
En condiciones de necesidades similares se encuentran familias con niños y adolescentes en situaciones de alto riesgos como son Los Haitises, del Bonito de San Isidro; Las Casitas, de San Luis y Los Callejones, detrás del Cementerio de Cristo Salvador.
Esta situación la expuso Licelot Medina, presidenta la Fundación Casa Hogar, Mi Mundo Ideal, que trabaja con distintas comunidades, quien significó que tienen al menos unas 125 familias en esos sectores a las que no están llegando raciones alimenticias preferiblemente crudas ni las tarjetas “Quédate en casa”.
“Esas son comunidades que dependen del día a día, entre esos buzos que recolectan basura. También pasa igual en Las Casitas de San Luis, y no tenemos mascarillas, guantes ni el kit de protección para evitar los contagios del coronavirus”, comentó Licelot Medina.
Afirma que hay algunos vecinos que han recibido comidas cocidas. Sin embargo, la mayoría demanda la cruda porque ese le resuelve por un momento.
La dirigente comunitaria, ubicada en la calle La Esperanza, casi esquina 18 de Los Haitises, de San Isidro dijo que hay familias que tienen hijos en escuelas de Tanda Extendida y tampoco están recibiendo raciones.
En estos barrios, los niños tienen que moverse hasta dos kilómetros para recibir docencia, no hay calles, como tampoco cuentan con instalaciones de agua, por lo que se ven obligados a cargarla de algunos vecinos que tiene bomba sumergibles, según Licelot Medina, que puso de ejemplo el sector La Mina, donde un vecino les brinda esa facilidad.
Con tarjeta, y no les llega nada
En el sector de Cristo Rey, otros vecinos, como Frannklin Pérez Troncoso y Josefina Altagracia Mena, ubicados en la Respaldo Avenida de Los Martirez, próximo a la Máximo Gómez y el Supermercado El Potente, se encuentran por igual con muchas limitaciones, porque dependen de pequeñas ventas que realizan en las calles.
Viola Díaz, dirigente comunitaria de La Zurza dio la voz de alerta, y también citó el caso suyo y de otras personas que, teniendo tarjetas “ no nos han depositado ni llegado ayudas de ningún tipo”.
En el caso de la señora Josefina Mena, dijo que de manera cotidiana vende café y te, y en ocasiones tiene que tomar dinero prestado para poder subsistir; actualmente están haciendo malabares para conseguir que comer, dijo Viola Diaz, que denunció carencias en las casitas provisionales de La Zurza, donde pertenece al Comité Gestor de Desarrollo.