Green, que murió de seis balazos y tenía las manos esposadas en la espalda, había sido detenido por el agente por una infracción de tráfico y el policía sospechó que podía estar bajo la influencia de alguna droga.
Washington.- Las autoridades de un condado de Maryland (EE.UU.) anunciaron este lunes un acuerdo para pagar 20 millones de dólares a la familia de un afroamericano muerto por la policía.
El acuerdo fue alcanzado por las autoridades del condado de Prince George y los familiares de William Green, de 43 años y de Washington DC, quien fue muerto a tiros el 27 de enero pasado mientras estaba esposado en el asiento delantero de un vehículo policial.
Por estos sucesos, el agente Michael Owen, un veterano que llevaba diez años en la policía, fue detenido al día siguiente del suceso y espera juicio acusado de asesinato en segundo grado, homicidio involuntario y agresión.
Green, que murió de seis balazos y tenía las manos esposadas en la espalda, había sido detenido por el agente por una infracción de tráfico y el policía sospechó que podía estar bajo la influencia de alguna droga.
El acuerdo lo alcanzaron la jefa del Ejecutivo del condado de Prince George, la demócrata Angela Alsobrooks, y el abogado de Baltimore William Murphy, que representó a la familia.
En nombre de la familia de la víctima, Murphy dijo a los medios locales que está satisfecho con este “acuerdo histórico”, porque muestra que “las vidas de los negros importan».
El agente no llevaba una cámara cuando se produjo el incidente, pero antes incluso de que fuera detenido, sus supervisores dijeron que no podían encontrar una “explicación razonable” sobre por qué Owen le disparó a Green.
Las compensaciones por el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía en la detención de afroamericanos han proliferado en Estados Unidos, paralelamente a las protestas contra la brutalidad policial contra esta minoría étnica.
El pasado 15 de septiembre las autoridades de Louisville anunciaron un acuerdo por el que indemnizaron con doce millones de dólares a la familia de Breonna Taylor, una joven afroamericana de 26 años que murió el 13 de marzo tras ser baleada por la Policía.
En esa fecha, los agentes entraron sin llamar y sin identificarse en el apartamento de Taylor para llevar a cabo un registro en busca de estupefacientes que al final no encontraron.
A comienzos de mes, se anunció una compensación de 5,7 millones de dólares a los familiares de un afroamericano que murió en 2018 a manos de la policía mientras circulaba con su bicicleta en la ciudad de Vallejo, en California.
Ronell Foster, de 33 años, recibió un balazo en la nuca por parte del agente Ryan McMahon, que afirmó que tuvo que dispararle porque el hombre se negó a ser detenido tras haberle parado por no llevar luz en la bicicleta de noche y se enzarzó en una disputa con él.
Pese a las compensaciones económicas, este tipo de casos ha exacerbado los ánimos y ha generado protestas contra los abusos policiales que en algunos casos se han vuelto violentos. EFE