Santo Domingo.-Oriundo de La Vega, el fecundo escritor José Mármol fue testigo en los primeros años de su vida del inicio de un proceso de decadencia cultural en su ciudad natal.
Mármol, quien con apenas diez años de edad ingresó al Palacio de Bellas Artes de su provincia, narra que la situación empezó a reflejarse con la desaparición de centros culturales importantes.
Según cuenta, el ocaso tuvo lugar alrededor de 1970 y dentro de los centros que para ese decenio cerraron sus puertas está el propio Palacio de Bellas Artes.
“Otro de los signos de ese proceso es el derribamiento de la clásica Catedral de La Vega. Hubo signos de resurgimiento cultural pero fueron muy efímeros y todo empezó a caerse”, recordó el poeta.
Esa situación que se acentuó en todo el país no fue impedimento para que Mármol se inclinara por el quehacer artístico a través de las letras.
Escasez escritores
Tras haber vivido esa transición, el exitoso autor afirma que la escasez de escritores en las últimas generaciones es producto de la decadencia cultural del país.
“Ese déficit va cónsono con el proceso de deterioro de la atmósfera cultural del país en sentido general”, refirió Mármol al explicar el ambiente actual.
De acuerdo a sus consideraciones, ha contribuido a ese deterioro la penetración de la “mundialización en lo que lo fundamental es el aspecto económico y los temas de orden cultural pasan a un segundo o tercer plano”.
Además, para el autor de “Poema 24 al Ozama” ha contribuido al déficit cultural y de escritores la desaparición de ideales en las nuevas generaciones.
“Antes se luchaba por la identidad cultural, del país, del barri, pero ya eso no existe”, lamentó.
Mientras continuaba su análisis sobre la producción literaria de finales del siglo pasado, el afamado escritor explicó que se vivió una época muy crítica con la desaparición de los suplementos literarios de los periódicos.
Sin embargo, Mármol resaltó que hay signos de vitalidad en los escritores jóvenes de origen dominicano.
“Las últimas obras que he leído son una muestra de esa fortaleza de la nueva generación de escritores dominicanos”, expresó.
También citó como una fortaleza de los escritores jóvenes el hecho de que sus creaciones literarias continúen impregnando el ámbito internacional.
Luego de hacer sus consideraciones Mármol se mostró confiado en que la producción literaria nacional seguirá afianzándose, a pesar de los retos que enfrenta en la actualidad.
En ese orden, pidió a los poetas actuales no confundir el lenguaje poético con el lenguaje gestual. “Lo que he visto en algunas lecturas de jóvenes poetas es que se creen que la fuerza del verso está en el gesto corporal y no en lo que se escribe, y no es así.
La poesía es o lengua oral o lengua escrita. El gesto podrá ser lo que sea, pero no poesía”, explicó.
Mármol empezó desde pequeño a inclinarse por la poesía
A pesar de que en su casa el único libro que había era la Biblia, las primeras obras que José Mármol compró y leyó fueron de corte poéticos. Entre ellos, “Las rimas y leyendas de Becquer” y “Veinte poemas de amor” de Pablo Neruda.
Desde que inició sus estudios básicos y el bachillerato en La Vega fue influenciado al quehacer literario por profesores y personas de su entorno.
Además otros escritos que motivaron al hoy Premio Nacional de Literatura fueron la filosofía de la poesía Sorprendida. Aunque no es cuentista también afirma que recibió influencia de las lecturas de Juan Bosch.
De acuerdo a Mármol los primeros libros que compró fueron por curiosidad y motivación personal. Hoy día sus numerosas obras han sido galardonadas tanto nacional como internacionalmente.