SANTO DOMINGO .-A los productores dominicanos se les ha puesto la piña agria para sembrar, dar mantenimiento y cosechar en los predios agrícolas debido a la falta de mano de obra, una situación que se viene sufriendo desde la crisis sanitaria del Covid-19.
Ahora la situación se ha agravado con las deportaciones masivas de extranjeros ilegales que lleva a cabo el Gobierno dominicano como una medida de seguridad nacional.
Los constructores enfrentan una problemática similar, viéndola como un desafío para seguir levantando infraestructuras en diferentes zonas del país.
Ambos sectores están analizando alternativas para mitigar el impacto a corto plazo, mientras ven como medida a largo plazo incentivar a los trabajadores nacionales a incursionar en estas actividades y adquirir equipos para mecanizar los procesos.
Sin embargo, estas dos últimas alternativas requieren tiempo, un recurso del que los sectores afectados no disponen, ya que no pueden detenerse a esperar medidas de largo plazo.
«Mantener la seguridad nacional junto a la seguridad alimentaria representa un desafío», expresó Limber Cruz, ministro de Agricultura, señalando el ejemplo de Puerto Rico, donde se produce menos del 10 % de los alimentos consumidos por la falta de mano de obra.
«Hay actividades en las que la mecanización no es posible y, aunque se quiera mecanizar, esto no se hace de la noche a la mañana», subrayó Cruz al decir que esta es una medida a largo plazo.
El funcionario fue enfático al advertir que de continuar esta situación en los campos, se pondrá en riesgo la seguridad alimentaria.
Mencionó la necesidad urgente de mano de obra para cosechar cultivos como el café el banano y el tomate.
Cruz propuso que se otorguen carnet a empleados fijos, aunque aclaró que no es una medida definitiva, ya que requiere la aprobación de la Comisión encabezada por el Ministerio de Interior, Migración y Agricultura, la cual trabaja en una propuesta definitiva.
Además, dijo que la Comisión explora alternativas, incluyendo la mecanización agrícola y la integración de trabajadores nacionales, aunque reconoce que estas medidas no resolverán el problema a corto plazo.
El ministro planteó que, a futuro, se invierta en el campo para motivar a los jóvenes a trabajar en el sector, logrando así un equilibrio entre seguridad ciudadana y seguridad alimentaria.
Detalló que actualmente hay aproximadamente 250,000 extranjeros en el sector agrícola, el cual genera alrededor de 500,000 empleos.
Mientras se busca una solución, los productores están pagando trabajos a haitianos ilegales, quienes laboran incluso en turnos nocturnos.
Miguel Ángel Peña, productor de limón de Neiba, comenta que la falta de mano de obra está elevando los costos de producción, ya que los extranjeros que se arriesgan a trabajar sin papeles cobran hasta el doble.
Una queja similar expresó Juan Tomás de la Cruz, de la Asociación de Bananeros de Castañuelas, quien indicó que no se oponen a la deportación de ilegales, pero llamó al Gobierno a analizar la situación, ya que se está creando un nicho para que personas irresponsables hagan negocios.
«Nos están llevando a los trabajadores de las fincas, aun con papeles, paralizando nuestras labores,» afirmó.
Extranjeros
— Proceso
La Dirección General de Migración ha informado que en las primeras semanas de octubre ha reconducido a Haití a 23,535 migrantes haitianos, «en promedio, 1,384 personas por día” durante los operativos realizados.
Extranjeros esenciales para construir
Construcción. Incentivar a los dominicanos a trabajar en el sector de la construcción requiere políticas públicas que promuevan la formalización del sector, dijo el presidente de la Confederación Dominicana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas de la Construcción, Eliseo Christopher.
Señaló que deben existir mecanismos que incentiven a las pequeñas empresas con facilidades económicas para mantener a las empresas en la formalidad.
Reconoció que el sector utiliza en gran medida la mano de obra extranjera y las deportaciones masivas pueden afectar al sector a futuro.
Dijo que los recursos liberados para la mecanización del sector sólo se entregaron a los grandes empresarios.