La falta de contacto médico-paciente fue desafío durante COVID-19, asegura doctor Prince López

Santo Domingo.- La falta de contacto médico-paciente fue un desafío durante el COVID-19, aseguró este jueves Prince López, un médico que desde el comienzo de la pandemia estuvo atendiendo a aquellos que contraían la enfermedad.

Y es que la interacción entre ambos se vio impactada, en un inicio, por el uso de ropa especial para evitar el contagio, incluyendo las mascarillas, por lo que el paciente desconocía quién era esa persona a cargo de su salud.

“Una de las cosas que más afectó al médico y al paciente era que no había como una interacción directa. Porque cuando el paciente veía a alguien que venía con un traje, con la cara cubierta, no sabía quién era que le estaba dando la atención”, expresó López, quien es médico familiar del Hospital Félix María Goico, en Villa Consuelo.

Con esto se creó una barrera, ya que no había esa conexión médico-paciente, la cual es muy importante para el tratamiento y manejo de afecciones.

Lea también: Hoy se cumplen 5 años del primer toque de queda por el Covid-19 en República Dominicana

Y es que la pandemia fue una enseñanza permanente, por lo que al cabo de un tiempo se dieron cuenta que no tenían que dejar los zapatos afuera o mojarlos con cloro para desinfectarlo.

Aprender en la marcha

Prince recordó con ese primer caso que llegó al hospital, no sabían cómo lo harían, pero el equipo dio la cara, sin embargo, alguien del personal administrativo lo comentó afuera y el sector se enteró que tenían una paciente ingresada por Covid-19.

“La gente del barrio hizo una protesta, quemó gomas, gritando que no querían COVID-19 y la paciente preguntando que si toda esa alarma era por su culpa”, narró el médico familiar a reporteros de El Día.  

Sostuvo que, a pesar de que no sabían nada, fueron aprendiendo en la marcha y los que fueron contratados en ese momento pudieron salir adelante, pero con información que los bombardeaba por todos lados.

Afirmó que fue un momento muy chocante porque el médico siempre tiene que dar la cara y hacer que el paciente esté tranquilo, ya que si este nota que el doctor está asustado, pues podría perder la esperanza, por lo que aun desconociendo cómo tratarlo se mantenían serenos y aplicando las guías.  

En ese sentido, López destacó que las guías para el manejo de pacientes cambian constantemente, un día decían que había que administrarle ivermectina y al otro indicaban que debían ser tratados con esteroides.

“Y al final, sobre la marcha, nosotros fuimos viendo qué medicamento era que le hacía a mejor al paciente y nos íbamos por esa línea, porque en realidad, información había poca”, enfatizó, al resaltar que fue un proceso de enseñanza que duró dos años.

El galeno precisó que aunque mucha gente sataniza la vacuna, su aplicación fue clave para que ahora la enfermedad se presente como una gripe normal, a lo que se suma la inmunidad que crean los cuerpos al exponerse a los virus.

El aislamiento provocó males

El aislamiento al que eran sometidos los pacientes provocó situaciones graves de estrés que, incluso, en una ocasión, llevó a uno de los ingresados con Covid-19 a intentar suicidarse.

“El aislamiento tenía al paciente loco. No podía salir de la habitación. Tenía que esperar mucho tiempo a veces para recibir una atención porque el personal era limitado”, manifestó, al tiempo de indicar que cuando el paciente se estaba recuperando volvía para atrás por el estrés.

Sala cuidados intermedios

Para esta situación el hospital creo una sala de cuidados intermedios, en donde eran llevados aquellos pacientes que resultaban con prueba negativa, pero que continuaban con síntomas respiratorios, para que los familiares lo pudieran ver, aunque sea de lejos.  

“Porque ese aislamiento es lo que mata a la gente, o sea, tú te sientes como que ya, como que de aquí no salgo”, aclaró.

Además, tanto pacientes como médicos recibieron apoyo psicológico para sobrellevar la situación que llenó al mundo de incertidumbre.

Prince sufrió Covid-19 5 veces

Prince López, quien estuvo desde el primer momento atendiendo a los pacientes COVID-19 que llegaban al centro de salud también conocido como el “hospital de los Billeteros”, contrajo el coronavirus en cinco ocasiones mientras realizaba su oficio, siendo la primera la que más lo afectó, pues las demás sólo le provocó síntomas leves.

Al preguntarle sobre las enseñanzas aprendidas en ese momento, subrayó que entendió que la vida puede cambiar de un momento a otro.

“Nosotros estábamos haciendo nuestra vida normal y al otro momento no podíamos salir a la calle y eso fue muy chocante para todo el mundo”, reflexionó.

El toque de queda: resistencia al cambio  

Comentó que precisamente fue esa resistencia al cambio lo que complicó el toque de queda, porque las personas vieron cómo de la noche a la mañana cambió el estilo de vida.

Todas estas limitaciones para evitar que se propagaran los casos, sin un lapso de adaptación y sin una preparación, afectó el desarrollo de las diferentes actividades que realizaban las personas diariamente, influyendo en su bienestar.