
Un hombre, a la salida de la estación del metro, se detuvo en un punto de la calle, levantó el brazo derecho apuntando alto, hacia el horizonte. Cerró el ojo izquierdo y tapó el sol con su dedo índice. A esa hora, el rey del firmamento se ve radiante, intenso, impresionante, clavado en las alturas siderales.
En la medida que los demás pasajeros iban saliendo por la boca de la estación se sumaban al hombre. Imitándolo. En silencio levantaban el brazo derecho, cerraban el ojo izquierdo y tapaban el sol con un dedo.
Así, con igual procedimiento, detrás del primer hombre, poco a poco, y sin hacer preguntas, los transeúntes que pasaban por el lugar se sumaban a la multitud silente.
La escena era dramática, muy conmovedora, totalmente impresionante. Rayaba en lo irreal. Con el paso de las horas el líder concitó un apoyo masivo.
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Una masa humana se formó, muy heterogénea. Cientos de hombres y mujeres. Todos anónimos, gregarios y desiguales. Desconocidos entre ellos. El cerebro colectivo se convirtió en una sola neurona pensante y atrapada con la idea única de un dedo apunando al cielo. Nadie se movía, pusieron en pausa sus vidas.
La multitud se convirtió en un millón y todos con un dedo en alto que tapaba el sol. Todos estaban entrampados en esa condición.
El gurú, luego de una hora en esa posición, quitó el dedo que usaba de su mano derecha y colocó en su lugar el dedo índice de la mano izquierda. Y la multitud, como una maquinaria sincronizada, también, todos, colocaron el mismo dedo entre el ojo descubierto y el trayecto del sol.
El hombre, un tiempo después, bajó el dedo, consultó el reloj, miró sin sorpresa a la multitud que estaba a su espalda y, con el tableteo de una idea en su mente, tomó el rumbo del metro, en silencio.
En ese momento la vida arrancó de golpe para todos, como si despertaran abruptamente de un sueño. Nadie en la multitud se dio cuenta que a sus pies el sol seguía proyectando, bien acentuada, la sombra de sus cuerpos.
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Rafael García Romero
Rafael García Romero. Novelista, ensayista, periodista. Tiene 18 libros publicados y es un escritor cuya trayectoria está marcada por una audaz singularidad narrativa, reconocido como uno de los pilares esenciales de la literatura dominicana contemporánea. Premio Nacional de Cuento Julio Vega ...