WASHINGTON.— El Pentágono se apresta a aprobar una extensión del despliegue de la Guardia Nacional en el Capitolio en Washington por dos meses adicionales, dijeron el martes funcionarios de defensa.
Los funcionarios dijeron que todavía se están afinando los últimos detalles, pero se espera que el secretario de Defensa Lloyd Austin dé su aprobación y las fuerzas de la Guardia Nacional sigan a cargo de la seguridad en Washington, a pedido de la Policía del Capitolio, en medio de temores sobre persistentes amenazas.
En días recientes, las autoridades se han apresurado para determinar si y cómo satisfacían el pedido de más de 2.000 soldados de la Guardia Nacional, mientras se acerca del plazo del 12 de marzo para su retirada de Washington.
La decisión resalta las preocupaciones sobre la amenaza persistente de violencia en el Capitolio, dos meses después que manifestantes de derecha irrumpieron en el recinto en un asalto que dejó cinco muertos.
Las agencias del orden han permanecido en alerta máxima en repuesta a reportes de inteligencia que indican posibles amenazas de grupos armados.
El pedido de extender el despliegue de la Guardia Nacional encontró resistencia la semana pasada, cuando algunos gobernadores expresaron renuencia o se negaron a comprometer a sus soldados a más tiempo en la capital.
Ahora parece que habrá suficientes estados dispuestos a proveer soldados de la Guardia Nacional para la misión, dijeron los funcionarios de Defensa, que pidieron preservar el anonimato por estar discutiendo deliberaciones internas.
La amenaza más reciente fue vinculada con la teoría de conspiración de ultraderecha promovida por QAnon de que el expresidente Donald Trump ascendería al poder de nuevo el 4 de marzo.
Ese día transcurrió sin incidentes, pero las agencias del orden han dicho que persisten las amenazas.
El despliegue de la Guardia Nacional en el Capitolio ha tenido problemas. En los días iniciales, las tropas tuvieron que tomar descansos y pausas para comer en un frío estacionamiento cercano, lo que desató indignación en la administración Biden.
Las autoridades encontraron pronto nuevos espacios dentro de los edificios del Congreso para los descansos. Además, los soldados se quejaron de mala comida, incluyendo algunos diciendo que se enfermaron.
El lunes, el vocero del Pentágono John Kirby dijo que unos 50 miembros de la Guardia Nacional fueron atendidos por problemas gastrointestinales, de los 2.600 desplegados en la capital.