Sao Paulo.- Un magistrado brasileño aceptó este lunes una nueva denuncia contra el expresidente Michel Temer, quien enfrenta diversos procesos en la Justicia por supuesta corrupción.
El juez federal Marcus Vinicius Reis Bastos acogió la denuncia presentada por la Fiscalía contra el exmandatario y otras cinco personas por su supuesta participación en una trama que benefició al sector portuario a cambio de sobornos.
La denuncia fue interpuesta por la fiscal general, Raquel Dodqe, el pasado mes de diciembre, cuando Temer todavía estaba en ejercicio del poder y contaba con el fuero privilegiado que la ley brasileña otorga a los presidentes.
No obstante, tras dejar el cargo el pasado 1 de enero, todas las investigaciones contra el exmandatario fueron enviadas desde la Corte Suprema a la Justicia de primera instancia, en la que han comenzado a tramitar con celeridad desde febrero pasado.
En la denuncia que fue aceptada este lunes, la Fiscalía considera que hay indicios de que Temer sancionó un decreto que alteró la ley de puertos y benefició a algunas empresas del sector portuario a cambio de sobornos.
De acuerdo con el Ministerio Público Federal, una de las principales empresas beneficiadas por la firma de dicho decreto fue Rodrimar, que opera en el puerto de Santos (Sao Paulo), un reducto que históricamente fue de influencia política de Temer.
Además de Temer, también serán enjuiciados el coronel retirado de la Policía y amigo del expresidente Joao Baptista Lima, el exasesor Rodrigo Rocha Loures y tres ejecutivos del grupo Rodrimar.
Las denuncias contra Temer (2016-2018) se han multiplicado desde que el exmandatario le entregó la banda presidencial a su sucesor, Jair Bolsonaro, momento en el que los casos en su contra pasaron a ser analizados por la Justicia común.
El influyente político, de 78 años, llegó a ser preso preventivamente durante cuatro días el pasado mes de marzo por sospechas de corrupción y acusado de ser el principal líder de una organización criminal que desvió cerca de 500 millones de dólares de recursos públicos durante 40 años.
No obstante, el líder del partido del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) niega las acusaciones y en una entrevista publicada recientemente defendió su inocencia y afirmó que su detención tuvo como objetivo crear un “espectáculo».