SANTO DOMINGO.– “Esto parecía peor que un cementerio, aquí nadie hizo cena de Nochebuena”, son las palabras de David Pascual, quien vive en el callejón 19 del sector Villas Agrícolas, donde hace 21 días ocurrió una explosión en la fábrica de plásticos Polyplás, que dejó un saldo de ocho muertos y un centenar de heridos.
Pascual, quien reside en el lugar desde hace más 50 años, indicó que tras la tragedia los vecinos decidieron no celebrar la Navidad, ya que algunas de las víctimas eran amistades del sector.
El señor de 71 años, que se dedica a la reparación de radios y televisores, expresó que la aseguradora de Polyplás ha reparado su casa, colocando puertas.
De su lado, Isidro Puello dijo que las celebraciones en su hogar no se llevaron a cabo, ya que uno de los fallecidos fue un vecino cercano.
El hombre, que reside en el lugar desde los tiempos cuando en el terreno solo había cocoteros, contó que el día de la tragedia se encontraba en la avenida Pedro Livio Cedeño de camino a su trabajo, cuando sintió un choque fuerte producto de la onda expansiva de la explosión, mientras su hija Paola, de 26 años, fue impactada por la misma onda, de tal manera que no recuerda cómo logró ponerse de pie.
Narró que el sentimiento de temor, tensión y tristeza aun están presentes en los moradores del sector, ya que hasta de escuchar las explosiones pirotécnicas típicas de la época las personas se asustan y pierden el control.
Aseguró que se encuentran a la expectativa y sienten preocupación sobre qué garantía les ofrecerá la fabrica de plásticos de que una tragedia como esa no se vuelva a repetir.
Aseguradora
La empresa TransGas informó que la compañía Sura, que maneja su póliza de seguros, ha pagado RD$10 millones en reparaciones, además de compensar 184 reclamaciones de 299 presentadas por residentes del entorno de Polyplás.
Mientras que concluyeron los trabajos de reparación de 23 viviendas con impactos menores y otras dos tuvieron que ser reconstruidas, ya que tenían grandes daños por la explosión.
Radiografía
— Ayuda
Los trabajos de reparación de las viviendas continúan en el lugar de la tragedia, donde algunos están esperanzados en que la ayuda psicológica y monetaria llegue a aquellos que aun están esperando una mano amiga.