Experto llama reforzar con equipos a Duquesa para evitar nuevas humaredas

Santo Domingo.- La solución mediática una vez sofocado el incendio y para que no se repitan las humaredas en el vertedero a cielo abierto de Duquesa, es llevar los equipos necesarios, abrir trochas e ir tapando con caliche los depósitos que se van realizando.

Igual es necesario dotar a la Comisión de Manejo del Vertedero de los recursos necesarios para manejar el biogás y la circulación de los lixiviados.

Esa recomendación es del director ejecutivo de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo, Onofre Rojas, quien reiteró que Duquesa es una “bomba de tiempo”, que actualmente coincide con el coronavirus, y afecta a las familias en confinamiento, que están expuestas así a mayor riesgo.

Rojas insistió en que Duquesa necesita que se ponga en marcha el Plan Maestro para el Manejo de Residuos Sólidos, el cual empezó sus estudios en el 2010 y concluyeron en el 2012 gracias a una asistencia técnica de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo, que equivale a hacer un verdadero relleno sanitario.

“Eso implica la creación de unas seis estaciones de transferencias para el Gran Santo Domingo a fin de mejorar y garantizar el manejo adecuado de la basura, eso requiere una inversión, que desde aquella época la ha ofertado Japón, de US$11 millones de dólares para la primera etapa en donde se detallan las acciones más urgentes”, detalló Rojas.

Según el experto, esos fondos permitirían reestructurar a Duquesa y permitirle una vida útil hasta el 2030, preciso el especialista tras especificar que se han ubicado varios lugares.

“Hay que resolver lo de Duquesa porque la ciudad de Santo Domingo no puede improvisar depositar 4 mil 200 toneladas de basuras diarias en cualquier otro lugar, entonces hay que implementar ese plan que puede dar un respiro hasta el 2030, y así ir haciendo la planificación para comenzar a hacer los arreglos definitivos para tener un relleno sanitario con estándares de carácter mundial”, puntualizó Rojas.

Cierre técnico

El proceso del cierre técnico, el cual se acordó por decreto equivale ir dar dándole el debido tratamiento, creando los sistemas para recolectar el gas metano, los lixiviados (líquido que desprende la basura) porque de lo contrario “es una bomba de tiempo”, reiteró Rojas.

Al personal que está manejando Duquesa hay que proporcionarles los equipos que necesitan en términos de compactación, como tractores porque si no les prestan atención será un mal de marca mayor, advirtió Onofre Rojas.

Cito por igual el caso del vertedero de Haina, que requiere de una estación de transferencia, y de paso se resuelve con dicha estación el problema de Nigua y San Cristóbal, como además hay que establecer el sistema de recolección adecuada en combinación con la educación ciudadana.
Cumulo gases

“Ese incendio sea accidental o provocado tiene una base, es el hecho de que Duquesa no se está haciendo el manejo adecuado de la basura y ha acumulado una gran cantidad de gases que tienen capacidad de inflamación”, explicó Rojas.

A ese factor atribuyo que en cualquier momento se produce la situación que está coincidiendo con la crisis del coronavirus y que a su juicio hoy “es fatal”.

Especificó que actualmente no solo están siendo afectadas por la humareda las comunidades aledañas, sino que ha trascendido, y se ha hecho mayor porque ha coincidido con bastante humedad y un incremento de la presión atmosférica, lo que provoca que el humo no puede subir de forma natural, sino que circula hacia donde lo dirige el viento.
Problema cíclico

Acciones

Los problemas de Duquesa son cíclicos, que durante décadas afecta a las diferentes alcaldías del Gran Santo Domingo, lo que sumado al ineficiente sistema de recolección de basura va a empeorar las condiciones ambientales.

Rojas recordó que hay que trabajar con la educación ciudadana y crear conciencia para que se vayan clasificando los residuos para que no todo vaya a parar a los vertederos y de esa manera se pueden reutilizar y reciclar diferentes tipos de residuos, lo que de paso elevaría la vida útil de los destinos finales y disminuyen los pasivos ambientales que siempre deja toda basura que es enterrada.