Este importante acontecimiento histórico es ignorado por el noventa y nueve por ciento de los dominicanos, por lo que trataremos con este trabajo rescatar del olvido a aquellos valientes expedicionarios que se atrevieron a desafiar a Trujillo, el más poderoso y despiadado de todos los dictadores latinoamericanos de la época.
Los expedicionarios de Luperón eran: comandante Horacio Julio Ornes, dominicano; José Rolando Martínez Bonilla, dominicano; Federico Horacio Henríquez Vásquez (Gugú), dominicano; Alejandro Selva, nicaragüense; Alberto Ramírez, nicaragüense; Alfonso Leiton, costarricense; Hugo Kundhardt, dominicano; Manuel Calderón Salcedo, dominicano; Salvador Reyes Valdez, dominicano; José Félix Córdoba Boniche, nicaragüense; Tulio Hostilio Álvaro Delgado, dominicano; y Miguel Ángel Feliú Arzeno, dominicano. La tripulación del hidroavión la integraban John M. Chewing, capitán piloto; Habet Joseph Maroot, copiloto; y George Raymond Scruggs, ingeniero mecánico. Los tres eran nativos de Miami, Florida. En Costa Rica, Horacio Julio Ornes fundó la Legión Caribe, y comandó la toma de Puerto Limón en 1948.
Un movimiento interno que tenía por finalidad respaldar a los expedicionarios en Puerto Plata, supuestamente fue
delatado por Antonio Jorge Estévez, excapitán del Ejército que fingió ser un luchador antitrujillista. De acuerdo a nuestra fuente, cuando se comprobó que Jorge Estévez había delatado a los patriotas, se le tendió una trampa, enviándolo a una “importante” misión en Cuba donde lo secuestraron y luego lo fusilaron.
Fernando Spignolio Mena y Fernando Suárez Domínguez, líderes del movimiento, murieron peleando en un platanal de Puerto Plata con efectivos del Ejército Nacional encabezados por el teniente Antero Vizcaíno.
Las armas traídas poco a poco en una goleta por Félix La
Hoz para combatir a Trujillo fueron dañadas o cambiadas por otras defectuosas por Antonio Jorge Estévez.
Aunque para entonces sólo tenía ocho años de edad, recuerdo perfectamente cuando doña Felipa, mamá de doña Benita Sarita (Chita), esposa de Fernando Spignolio, que vivía en el pie de El fuerte, lavaba en el patio de la casa la ropa llena de sangre y agujeros que llevaba puesta cuando cayó abatido por los guardias de Trujillo.
Su hermano José Antonio Spignolio Mena (Cuco) fue uno de los héroes y mártires que llegaron por Constanza el 14 de junio de 1959. Algunos hermanos de doña Chita, también comprometidos con el movimiento, fueron detenidos y fusilados.
Los expedicionarios de Luperón fueron llevados a la justicia y condenados. Luego fueron indultados y se les permitió salir del país. Don Juan Rodríguez García fue un próspero agricultor y ganadero nativo de Moca que luego se radicó en La Vega. Abandonó el país por supuestos motivos de salud y se radicó en Venezuela. Gastó toda su fortuna combatiendo a Trujillo.
Muy deprimido por la muerte de su hijo, José Horacio Rodríguez Vásquez, comandante de los expedicionarios que desembarcaron por Maimón el 20 de junio de 1959 y sin dinero, se suicidó el 19 de noviembre de 1960 en Barquisimeto.
