La trascendencia viene cuando hemos podido duplicar ese éxito a nuestro alrededor. Cuando nuestro camino ha servido como catalítico para que otros emprendan su camino, nuestra lucha ha sido de inspiración para la lucha de muchos y nuestro logro ha provocado o inspirado el logro de otras personas.
«Eres exitoso cuando has logrado. Eres trascendente cuando has ayudado a otros a lograr».
Lo interesante es que puedes ser exitoso sin ser trascendente pero es muy difícil ser una persona trascendental sin ser exitoso. La trascendencia, a mi entender, es un paso más allá del éxito personal.
El éxito a la mayoría de nosotros nos embauca, nos entretiene y nos quita perspectiva. Es por eso que existe el dicho de que “es mas dificil mantenerse que llegar”. Una de las mejores vacunas para este “mal del éxito” es perseguir la trascendencia. Medir nuestro éxito por la influencia positiva lograda.
Si te consideras ser una persona exitosa pregúntate: ¿como estas duplicando ese éxito? ¿Estas guiando a otros por su propio camino al éxito?
A través de la trascendencia podemos impactar generacionalmente mucho más allá de nuestra vida física, reflejando nuestra vida en la de otras personas nos volvemos inmortales ya que siempre estaremos en sus mentes y corazones.