Desde el inicio de la humanidad se ha tenido como una verdad irrefutable la llamada “mala suerte”, como una forma de justificar todo lo malo que se ha hecho en un proyecto determinado.

Inmediatamente le sucede a alguien algo que lo afecte de manera negativa, porque no se han realizado las cosas como tienen que ser, en seguida se le achaca a la “pobre” mala suerte.

La llamada “mala suerte”, por ejemplo, en el caso de las Estrellas Orientales, que no ganan un título desde hace 50 años, obedece a que no han aplicado los métodos que para muchos “sabios” las apartan del triunfo definitivamente.

En diferentes culturas se realizan “limpiezas” que van desde el uso de la sal, quema de incienso y salvia, y muchos otros actos fetichistas.

Los peloteros son los atletas más creyentes en la mala o la buena suerte, al punto que utilizan cualquier brebaje o agua “bendita”, rituales de brujería, magia negra y vudú para alejar y sacar a los malos espíritus que puedan estar rondando.

No es raro observar a jugadores con la gorra al revés, con el uniforme sucio porque no lo llevan a la lavandería, no pisan la raya, llegan tarde a las prácticas o no las realizan, y muchos otros “trucos” inimaginables.
Es posible que a las Estrellas les hayan tirado al terreno un gato negro, que algunos estelares hayan roto espejos o que caminen debajo de escaleras.

Creyente o no de la mala suerte, habría que analizar si el equipo petromacorisano está afectado por este extraño fenómeno, porque en las últimas cinco décadas ha contado con excelentes jugadores, pero al final caen estrepitosamente, como una guanábana madura.

RADARES.- Los seguidores del Licey están “vuelto loco y sin idea”, después que el equipo está prácticamente clasificado para el ‘Round Robin’…

Cuando dije que creía que los dos equipos de la capital iban a clasificar, estando ambos en el último lugar, muchos me llamaron “loco”, porque entendían que no existía ninguna posibilidad de que eso ocrurriera.