Eusebio Leal: pasión por La Habana

Eusebio Leal: pasión por La Habana

Eusebio Leal: pasión por La Habana

Wilfredo Mora

Eusebio Leal Spengler –el historiador de ciudad de La Habana –ha muerto este 31 de julio. De Alejo Carpentier, autor de La Ciudad de las Columnas (1964) al historiador Eusebio Leal, quien escribió “mi alma vagará eternamente por La Habana. Ha sido el mejor de mis amores, la mejor de mis pasiones, el mayor de mis desafíos. Realmente no sé por qué siempre vuelvo misteriosamente a ella, en la luz y en el silencio, en la vida y en el sueño”; no sé realmente cuál de los dos ha expresado más pasión por La Habana.

Según el cable de prensa cubana, Leal había fallecido luego de “una penosa enfermedad” (en realidad un cáncer de páncreas que lo aquejaba desde hacía varios años). Graduado de doctor en Ciencias Históricas y Maestro en Ciencias Arqueológicas y en Estudios sobre América Latina y el Caribe, inició su programa de Oficina del Historiador situada en el Palacio de los Capitanes Generales, antigua Casa de Gobierno, hoy sede del Museo de la Ciudad de La Habana, en 1981.

En 1982, La Habana fue declarada Patrimonio de la Humanidad, lo que le mereció importantes reconocimientos a nivel internacional donde varias instituciones académicas en América Latina y Europa, incluyendo un doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de Perú, y el galardón Henry Hope Reed, que confiere la estadounidense Universidad Notre Dame de Chicago.

Otras condecoraciones resaltan la Medalla Víctor Hugo y la Medalla del Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural, entregada por la UNESCO.

Miembro distinguido de Smithsonian Institution, de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias. Recibió las órdenes en países como Polonia, Perú, Colombia, Francia y España, entre muchos otros, todo ello por ser “leal” a La Habana; es decir, al patrimonio arquitectónico cubano, a la historia y la cultura de esa nación.

Historiador e investigador, autor de algunos libros sobre su labor de restaurar y conservar la ciudad, expresó cierta vez: “La Habana es un estado mental”, casi del mismo modo que Alejo Carpentier había sentenciado en su obra, en 1964: “La Habana es una ciudad que posee columnas en número tal que ninguna población del continente, en eso, podría aventajarla…”.

Eusebio Leal Spengler, de 77 años de edad murió casi como vivió: su vida privada en el anonimato, pero toda una vida leal a Cuba y a su identidad urbana. En el sesquicentenario (500) de la fundación de La Habana, bajo un quebranto de salud, dijo estas palabras muy hermosas: “La Habana Vieja me robó el tiempo de la vida; quise encerrarla en las pétreas paredes de un museo, y ella, en justa venganza, me hizo prisionero de sus muros para siempre”. Adiós, alcalde eterno de La Habana.



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