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En Europa, VW recibe cada vez más presiones de grupos de consumidores y de la Unión Europea para ofrecer una indemnización a los 8,5 millones de clientes de la región que compraron autos con los motores adulterados.
Frank Witter, del servicio financiero de VW, rechazó exhortaciones de pagos similares a los que acordó en su convenio por US$15,000 millones con el gobierno estadounidense, diciendo que resolver el problema en Europa es más fácil y que los clientes en su mercado natal no enfrentan la misma caída en el valor de sus autos.
“No hay nada bueno en este problema del diésel”, dijo.