Curiosidad, deseo y poder. ¿Saben de qué hablo? Pues de las razones que para mí se esconden detrás de estar en formación continua y estudiar, siempre estudiar. No existen fronteras, ni edades, ni motivos que deban acomodarnos en el sentir de que todo lo sabemos.
Curiosidad, preguntar el por qué de las cosas, entenderlas, analizarlas… No hay mayor satisfacción que esa. Bueno sí, encontrar las respuestas.
Deseo por hacerlo, de manera genuina, natural, que no quede solo en la intención y que se mantenga encendido siempre. Y poder, sí, el verdadero poder es el que te otorga la sabiduría porque te da libertad y son cosas que no pueden ir separadas.
Además, que es la forma de utilizar ese poder de manera proactiva, si conoces sobre lo que haces vas a aportar, si manejas la información de lo que te rodea vas a saber respetar y opinar con argumentos sostenidos y no solo con aquello que te llega a la cabeza o, lo que es peor, opinar por decir algo.
Por eso siempre estoy estudiando, a veces las cosas más dispares que no tienen que ver ni siquiera con mi profesión, pero que me nutren de una manera maravillosa. Nunca he podido acomodarme, pensar que por mi experiencia o edad todo lo sé, cuando me doy cuenta que siempre hay algo más por conocer.
Siento que esta curiosidad y deseo no se motivan hoy en día y para mí es algo básico que debe transmitirse a todo el mundo.
Cada vez que enriquecemos nuestro saber, crecemos y eso se extrapola a quien nos rodea.
Y otra cosa para mí imprescindible: preguntar. No quedarnos con la duda de las cosas por miedo a parecer ignorantes. Siempre pregunto sin temor a lo que piensen de mí. La que gana, siempre, soy yo.