Estructura y servicio Metro pierden calidad

Estructura y servicio Metro pierden calidad

Estructura y servicio  Metro pierden calidad

Santo Domingo.-Ante la falta de mantenimiento a su estructura física, el Metro de Santo Domingo viene registrando fallas que se traducen en deterioro de su imagen y pérdida de calidad en su servicio.

Ayer en la mañana decenas de usuarios de la estación María Montez, en la avenida Luperón con la autopista Duarte, tuvieron que hacer largas filas para recargar sus boletos viajeros por los desperfectos de las máquinas utilizadas en esta labor.

Empleados de la terminal y agentes del Cuerpo Especializado para la Seguridad del Metro (Cesmet) se vieron obligados a ordenar tres hileras de personas para mantener el orden.

Usuarios se quejan

“Uno pierde tiempo cuando tiene que pararse a recargar, pero también hay que esperar más tiempo porque los vagones no son muchos, parece que los recogen para dar la sensación de que el servicio tiene mucha demanda”, comentó Inocencia Rosado, estudiante que usa con frecuencia la línea II.

Como parte del deterioro paulatino que registra el servicio, también figuran escaleras electrónicas paralizadas en las estaciones de la Ortega y Gasset, Maimón y Estero Hondo.

En similares condiciones están fuera de servicio diversos pasímetros, a través de los cuales se lleva el control de entrada y salida de los pasajeros en las estaciones, lo que por igual obliga a hacer largas filas.

De acuerdo con usuarios fijos de la línea II, que abarca desde el kilómetro 9 (María Montez) hasta la Eduardo Brito, en la cabeza del puente de la 17, se observa poca limpieza en las instalaciones.

Entre otros aspectos, reporteros de EL DÍA que realizaron el recorrido tambiénvieron pañetes pañetes y pintura que pierden su colorido.

“Un elemento que observamos es la ausencia de iluminación en las estaciones Hermanas Mirabal, Peña Batlle y en Los Taínos-Nicolás de Ovando”, comentó Luis Concepción, residente en Villa Mella, que usa el Metro diariamente.

Ventas informales

Los pasajeros alegan que las fallas en el servicio los obliga a llegar tarde a sus destinos. Indican, entre otros aspectos, que los entornos de las diferentes estaciones están arrabalizadas por el comercio informal y la venta de “chucherías y misceláneas en las entradas”.

Estos fenómenos se pueden constatar en las estaciones Mamá Tingó, en la urbanización Marañón; la Ovando, así como en La Feria, donde abundan venezolanos ofertando libros de colorear y otros artículos.



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