El renacer deportivo del dominicano Víctor Estrella Burgos parece una fábula de aquellas que cuentan los abuelos en su mecedora.
A sus 34 años, el tenista de Santiago de los Caballeros, en República Dominicana, y confeso admirador de Roger Federer, se convirtió en el jugador más viejo en conquistar por primera vez un título del circuito profesional de tenis ATP.
Estrella Burgos ganó el Abierto de Ecuador tras vencer 6-2 6-7 (5-7) 7-6 (7-5) al español Feliciano López, número 14 del mundo, a una edad en la que la mayoría de los jugadores suelen vivir del recuerdo de viejas glorias, retirados de la actividad deportiva.
El triunfo también le permitió al tenista dominicano ubicarse como número 52 del mundo, la clasificación más alta de una carrera que se inició con muchas dudas hace más de 15 años.
Tiempo de reflexión
Durante sus primeros pasos como tenista, Estrella Burgos fue combinando su trabajo de profesor de tenis con esporádicas participaciones en la Copa Davis para representar a República Dominicana.
Sus victorias fueron intermitentes y tras tres años de deambular por torneos menores, perdido por debajo del puesto 1.000 del ránking, llegó un tiempo de reflexión en 2005.
Estrella Burgos se alejó del circuito y sólo levantó la raqueta para jugar por su país.
Esa temporada, en contraste, Rafael Nadal conquistó su primer Roland Garros, a los 19 años de edad, entre los 11 títulos que levantó.
Rompiendo barreras
En 2006 el tenista dominicano decidió volver a intentarlo y comenzó a darle forma a la que ha sido una carrera atípica en el tenis profesional.
«Tengo hambre. Con 20 años no veía el tenis como una profesión. Entonces jamás pensé que podría jugar en Roland Garros o en Wimbledon pero ahora me siento fuerte, estoy en el mejor momento de mi carrera», declaró tras jugar su primer partido de un Gran Slam el año pasado, en París, que perdió en cuatro sets contra el polaco Jerzy Janowicz.
Esa actuación lo convirtió en el primer dominicano en participar en uno de los grandes torneos del calendario, lo que confirmó su ascenso en el deporte.
El punto de inflexión para Estrella Burgos había ocurrido en 2012, cuando una lesión en la final del Grupo II de la zona americana de la Copa Davis contra México, que ganó República Dominicana, lo tuvo apartado de la cancha durante ocho meses.
«En ese momento llegué a pensar que no jugaría otra vez», reconoció el tenista dominicano al sitio oficial de internet de la ATP.
«Estaba en el mejor momento de mi carrera y me lesioné. Pensé en dejarlo muchas veces, pero hubo una persona que insistió y me apoyó en todo momento».
Estrella Burgos hizo referencia a José Luis Bonilla, quien le dio el empuje necesario para conseguir en dos años lo que no había podido lograr en la década anterior.
La confianza
Su regreso a la cancha en 2013 causó impacto.Su contribución fue clave para en la serie contra Chile, que le permitió a República Dominicana ascender por primera vez al Grupo I de la zona americana, mientras que en noviembre consiguió el título en el Abierto de Bogotá, de categoría challenger.
«Creo que el secreto ha sido la perseverancia», dijo a la ATP. «En República Dominicana decimos ‘el cielo es mi techo’. Comencé 2015 tratando de meterme entre los mejores 50 del mundo, y ahora, en febrero, estoy allí. No tengo límites. Mi límite será lo que Dios quiera».
Con un poderoso golpe de derecha, Estrella Burgos participó en Wimbledon (se retiró en primera ronda) y se convirtió en el debutante de más edad en jugar en el Abierto de Estados Unidos.
En Flushing Meadows ganó los primeros partidos para un dominicano en un Grand Slam hasta alcanzar la tercera ronda, donde cayó frente al canadiense Milos Raonic en tres sets, aunque forzó el desempate en los tres parciales.
En los récords
Su carrera siguió acumulando éxitos en los torneos challenger, pero no fue hasta el pasado fin de semana en Quito cuando alcanzó un nuevo nivel.
«Estoy muy contento de haber podido ganar mi primer título ATP a los 34 años. Había soñado con no retirarme sin ganar un torneo, que es algo muy importante para cada jugador. Para mí tiene mucho significado, no hay dudas de eso. Quito permanecerá en mi memoria para siempre», declaró luego de su histórica victoria.
«Significa mucho estar en el libro de los récords del tenis», reconoció tras romper la marca que de 33 años y 11 meses que estuvo en poder del australiano Wayne Arthurs desde 2005.
«Estoy haciendo historia para mi país, para mí y para el tenis en el mundo», concluyó, si bien considera que «la edad es sólo un número para mí».