Son aquellas acciones llevadas a cabo para obtener algún beneficio basado en maniobras y en las que se utiliza la culpa como uno de los elementos primordiales para convencer a una persona de que acceda a lo que el otro quiere. En algunas ocasiones seremos la víctima, en otras el propio victimario, puesto que son conductas aprendidas que se han transmitido en nuestro sistema familiar y que hemos visto reproducirse, hasta que nos damos cuenta y liberamos esas creencias que no son más que apegos.
Me referiré en esta ocasión a esas estrategias en las relaciones interpersonales, ya que en la política, negocios y otros sectores hay mucho por abordar.
Parejas. Aquí hay un universo rico de ellas.
Te daré todo lo que necesites para que no salgas a trabajar y te quedes en casa. Esta estrategia se usa muchas veces con el fin de que el cónyuge no salga de casa y así mantener un control sobre lo que haga. La cara de la moneda detrás de esto es soy celoso o celosa compulsiva y quiero ejercer control sobre ti.
Si no accedes a lo que te pido, no aporto para la manutención de nuestros hijos. Esta es la denominada violencia patrimonial, muchas personas ya separadas deben acceder a lo que le solicite su ex pareja, tales como relaciones sexuales, para que el otro cumpla con el deber que le corresponde.
En la familia
Me harás eso después de todo lo que hice por ti. Dígase que si después de la vida adulta se toma una decisión de no acceder a algo por presiones familiares, se saca en cara lo que hicieron por ti, cuando se supone que por amor te traen al mundo.