A nadie a estas alturas le debe quedar ni una pizca de duda de que el caos en el tránsito se ha constituido en los últimos años en uno de los principales dolores de cabeza en la República Dominicana, en especial en el Distrito Nacional y en las provincias de Santo Domingo y Santiago.
El país, de acuerdo a estudios realizados por organismos internacionales, está ubicado entre los tres primeros del mundo con mayor cantidad de accidentes y, por ende, de muertes.
Traspasando el tema al deporte, el béisbol ha sido el más afectado, con más de una decena de muertes en las carreteras.
La última desgracia ocurrió el pasado viernes en la autopista de Las Américas, donde murió el lanzador Jairo Capellán, prospecto de Cincinnati, y otros dos peloteros resultaron heridos.
Este accidente fatal viene a engrosar una larga lista de beisbolistas dominicanos que han fallecido en hechos de esta naturaleza.
Ramón Lora, José Oliva, Rufino Linares, Andújar Cedeño, Oscar Taveras, Yordano Ventura, Andy Marte, Andy Araújo, William Suero y José Uribe González murieron en nuestras vías, mientras que Alberto Lois no murió al chocar su vehículo con un tren, pero las lesiones producto de la colisión, le obligaron a dejar su promisoria carrera.
Lo inexplicable de este lamentable panorama es que se han creado múltiples organismos con la finalidad de mejorar el tránsito, sin embargo, cada día se hace más traumático y caótico, y sin solución a la vista.