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¿Estamos los dominicanos preparados para cumplir con las nuevas normas de tránsito?

Joan Vargas-periodista

Las autoridades han anunciado una nueva estrategia para mejorar el tránsito en el Gran Santo Domingo. Esta vez, el plan no surge de la improvisación ni del simple ensayo y error. Se trata de una propuesta fundamentada en un estudio realizado por una firma internacional especializada, lo que le otorga el respaldo técnico y científico necesario para aplicarse con rigor.

Pero la pregunta obligada es: ¿está el conductor dominicano en condiciones de asumir su parte de la responsabilidad?

Más allá de la ingeniería vial, las campañas de concientización o la suspensión de giros a la izquierda o reajuste de horario de los empleados públicos, el verdadero reto radica en el comportamiento del ciudadano común. A diario somos testigos de una cultura de irrespeto a las leyes de tránsito: vehículos estacionados en doble fila, motociclistas que circulan en vía contraria, uso del celular mientras se conduce, exceso de velocidad y una alarmante indiferencia ante señales y semáforos.

La mayoría de los accidentes de tránsito en nuestro país no ocurren por falta de infraestructura, sino por imprudencias evitables. Y esto no solo representa un problema de seguridad vial, sino también una barrera para el desarrollo urbano y la calidad de vida.

La nueva estrategia que busca mejorar la movilidad necesita algo más que voluntad gubernamental. Requiere de un compromiso colectivo: de los choferes del transporte público, de los conductores privados, de los motoristas y, sobre todo, de una ciudadanía dispuesta a cambiar patrones de conducta profundamente arraigados.

La educación vial, el endurecimiento de las sanciones y la aplicación estricta de la ley deben caminar de la mano con campañas sostenidas de concientización. Pero también hay que entender que ninguna política pública, por sólida que sea, funcionará sin el respaldo social.

El tránsito no se arregla solo con mapas y rutas. Se arregla con disciplina, con respeto y con una noción clara de que las calles no son territorio sin ley.

Por eso, más allá de los anuncios oficiales, la verdadera transformación dependerá de que cada dominicano entienda que el orden vial comienza con él mismo. Solo así podremos ver resultados tangibles y duraderos.

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Joan Vargas

Joan Kennedy Vargas, periodista dominicano. Cubre la fuente de la Presidencia de la República, Policía, Fuerzas Armadas y DNCD.

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