La Habana.- Estados Unidos y Cuba firmaron el miércoles un acuerdo para proteger conjuntamente la flora y fauna que comparten por estar separados por apenas 140 kilómetros (90 millas), en el primer acuerdo ambiental desde que ambos países anunciaron planes de renovar sus relaciones diplomáticas.
“Reconocemos que todos compartimos el mismo océano y enfrentamos los mismos desafíos de comprender, manejar y conservar los recursos marinos críticos para generaciones futuras”, afirmó Kathryn Sullivan, directora de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
El memorando firmado por funcionarios estadounidenses y cubanos en La Habana instruye a científicos de los refugios marítimos de los Cayos de Florida y de Texas a colaborar con investigadores en dos reservas protegidas pero frágiles: el Parque Nacional de Guanahacabibes y el Banco de San Antonio, localizados en el extremo oeste de la región.
Las corrientes oceánicas movilizan los mismos peces y organismos de las costas de Cuba hasta el Golfo de México y el océano Atlántico, lo que hace de temas como preservación y sostenibilidad un área de interés mutuo para científicos de ambas naciones.
“Peces, mamíferos marinos, tortugas de mar, aves y otra vida marina existen en ecosistemas que rara vez figuran en los mapas”, afirmó Jonathan Jarvis, director del Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos, que también firmó el acuerdo y que participará en el intercambio.
Washington y La Habana anunciaron en diciembre que reanudarían las relaciones diplomáticas, y lo hicieron en julio.
La cooperación ambiental ha sido una de las áreas de progreso más visible en la relación en momentos en que Estados Unidos y Cuba negocian y discuten numerosas cuestiones.
Incluye asuntos mucho más espinosos como el embargo y la base naval de Guantánamo, como también la situación de los derechos humanos y la democracia en la isla.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry anunció en octubre que ambos países negociaban un acuerdo de preservación marina.
Ese mismo mes, Cuba y el Fondo de Defensa Ambiental, con sede en Estados Unidos, anunció una iniciativa destinada a proteger la población de tiburones, registrar el monto de la pesca y desarrollar un plan de conservación a largo plazo.
Y en abril, la NOAA y científicos cubanos circundaron la isla en un crucero de investigación para estudiar las larvas del atún rojo, una especie comercialmente valiosa y muy amenazada.
“Confiamos en que este documento marque el comienzo de un proceso sostenible de intercambio que nos permita desarrollar investigaciones científicas y compartir las mejores prácticas de manejo y conservación”, dijo el miércoles Fernando Mario González Bermúdez, primer viceministro en el ministerio de ciencia, tecnología y ambiente.
El ecosistema marino de Cuba es considerado uno de los mejor preservados en la región, con grandes reservas de coral y peces, tiburones y tortugas de mar.
Pero dichos ecosistemas se podrían ver amenazados en momentos en que Cuba continúa buscando petróleo submarino y en que aumenta el turismo.
Billy Causey, director regional de NOAA que ayudó a negociar el acuerdo, dijo que la relación en parte fue determinada por los retos que comparten los refugios.
El Parque Nacional Guanahacabibes es una de las reservas más grandes y aisladas de Cuba. Los científicos se unirán a investigadores del santuario de los Cayos de Florida, una zona que recibe más de 3 millones de visitas al año.
Los científicos de Estados Unidos y el mundo se reunirán esta semana en La Habana para el Décimo Congreso de Ciencias del Mar en donde discutirán el cambio climático y la preservación.