USA's guard Kyrie Irving (C) runs with the ball during a Men's round Group A basketball match between Australia and USA at the Carioca Arena 1 in Rio de Janeiro on August 10, 2016 during the Rio 2016 Olympic Games. / AFP / Andrej ISAKOVIC
RÍO DE JANEIRO- Estados Unidos sufrió este miércoles para ganar 98-88 a Australia en un partido muy reñido, en el que ambos se jugaban el primer puesto del grupo A del torneo de baloncesto de los Juegos Olímpicos de Rio-2016.
Australia, séptima en los últimos Juegos Olímpicos de Londres-2012, demostró este miércoles que es uno de los firmes aspirantes al podio, tras plantar cara a los vigentes campeones olímpicos durante los 40 minutos.
El encuentro tuvo sabor a NBA con diez hombres iniciales en la cancha jugando en la liga norteamericana.
Los dos equipos fueron parejos durante los dos primeros cuartos sin que ninguno lograra despegarse del otro alternándose las canastas en uno y otro aro.
El base australiano Patty Mills mantuvo durante la primera parte su particular duelo de tiros triples con su rival Carmelo Anthony, máximo anotador del encuentro con 31 puntos.
El «boomer» hizo un pleno de cuatro mientras que Carmelo Anthony hizo cinco de los nueve que anotó en total en el encuentro.
El norteamericano se convirtió también en sus cuartos Juegos en el jugador estadounidense con más puntos anotados en unos olimpiadas con 293 puntos, 20 más que los 273 de la anterior marca conseguida por LeBron James, en tres Juegos Olímpicos.
Uno de los triples de Mills, junto con una rápida canasta de Andrew Bogut, que fue una pesadilla para los norteamericanos bajo los aros, sirvió para que los australianos acabaran en cabeza al descanso (54-49).
La segunda parte fue un calco de la primera con defensas muy físicas por ambas partes, pero Estados Unidos se metió más en el partido.
Al último cuarto se entró con 70-67 para los norteamericanos, que los australianos anularon con un triple David Andersen para 70-70. Fue cuando volvió a aparecer Carmelo Anthony y su tranquilidad desde la línea de tres para empezar a poner distancia con los australianos, que ya no pudieron recuperar el terreno perdido.
