Estados Unidos, el país donde 1,6 millones de personas viven sin baño

Estados Unidos, el país donde 1,6 millones de personas viven sin baño

Estados Unidos, el país donde 1,6 millones de personas viven sin baño

Las cifras pueden no sorprender en un país pobre, pero en Estados Unidos suenan descomunales: al menos 1,6 millones de personas viven sin los mínimos estándares de saneamiento en sus hogares

La cifra se pudo conocer gracias a un polémico y obligatorio cuestionario que cada año les llega a 3,5 millones de estadounidenses escogidos al azar para preguntarles sobre su situación laboral y socioeconómica.

La encuesta, denominada American Community Survey (Encuesta Comunitaria Estadounidense), es independiente al censo que se hace cada diez años.

Casas sin inodoros

Según los últimos datos oficiales, casi 630.000 de los hogares habitados en EE.UU. no tienen algunos de los siguientes elementos: inodoro, bañera o ducha o agua corriente.

Teniendo en cuenta que en cada hogar estadounidense viven una media de 2,6 personas, se podría decir que más de 1,6 millones de personas no tienen en su casa saneamiento básico.

De ellos, más de 80.000 no tienen WC.

Pregunta
La pregunta de la polémica: ¿tiene esta casa, apartamento o caravana … (b) inodoro?

La mayoría de los que no tienen inodoros viven en comunidades rurales o reservas indígenas, donde se usan generalmente letrinas en el exterior de la vivienda.

Ese último caso es el que más parece preocupar a las autoridades, hasta el punto de que a mediados de la década de los 90 la Oficina del Censo señaló que el número de hogares en territorio indígena sin acceso a saneamiento básico equivalía al del resto de EE.UU. en la década de los 50, cuando cerca del 25% de los hogares no tenían WCs.

La comparación histórica contratasta, por ejemplo, con la del estado sureño de Mississippi, donde cerca del 80% de las casas no tenían baños en la década de los 40, una cifra que se redujo a sólo un 4% en los 90.

Y precisamente las autoridades justifican la necesidad de incluir la pregunta para atacar el problema.

«Preguntamos sobre los servicios de las cocinas y los baños de los hogares porque los gobiernos locales y federales necesitan esta información para designar subvenciones y otros programas para ayudar a las familias a tener un saneamiento decente y seguro en sus hogares», explica la Oficina del Censo.

En las reservas indígenas se presentan las mayores tasas de falta de saneamiento básico.

Según el centro Pew, los datos de la encuesta ayudan a distribuir cada años más de US$416.000 millones de fondos federales para infraestructuras y servicios.

Además, el cuestionario provee de datos socioeconómicos locales a empresas privadas, centros de investigación y otras organizaciones.

Debate

Y estos días, el cuestionario es el foco de un debate entre los parlamentarios republicanos y el gobierno de Barack Obama.

«Es viernes por la noche. Llegas a casa del trabajo cansado y hambriento para la cena. Hay un gran montón de cartas en la mesa, entre ellas una del gobierno. La abres y te encuentras una encuesta que te hace una serie de preguntas como cuantos baños tienes o a qué hora te vas y vuelves del trabajo».

Así plantea el escenario el congresista republicano Ted Poe al referirse a un largo cuestionario obligatorio y, a su juicio, «invasivo»

Para el senador Poe, «los estadounidenses deberían tener derecho a decidir si le quieren decir a Washington cuántos inodoros tienen».

 

En un comunicado, Poe advierte que, hasta ahora, quien no responde la encuesta se convierte en objeto de «persecución» por parte de funcionarios federales.

«Y además del acoso y la intimidación de los comisarios de la Oficina del Censo, a los ciudadanos que deciden no contestar se les amenaza con una penalización criminal y, en algunos casos, se enfrentan a una multa de hasta US$5.000», apunta.

Por eso, el parlamentario ha presentado una iniciativa para convertir la American Community Survey en una encuesta voluntaria.

Y, como el Congreso estadounidense está en manos republicanas desde las elecciones de noviembre pasado, se prevé que su solicitud tenga una buena acogida, aunque el presidente Obama ya ha amenazado con que vetará la ley de ser aprobada.