Washington.- El secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS), Kevin McAleenan, dijo este domingo que el traslado de inmigrantes desde la frontera obedece a necesidades operativas y de capacidad, y desvirtuó que se lleven a “ciudades santuario”, llamadas así por proteger a indocumentados.
“Nuestro transporte está basado en la necesidad operativa, en la capacidad para procesar (a los inmigrantes) de manera segura. Eso es lo que estamos haciendo”, declaró McAleenan durante el programa “Face The Nation” de la cadena CBS.
Según el funcionario, están “equilibrado operativamente” la atención de las personas en la frontera sur. En ese contexto, confirmó que han enviado vuelos con inmigrantes a California, estado que describió como un “santuario por ley”, lo que consideró “técnicamente correcto».
Y aclaró que son los inmigrantes liberados los que “van a refugiarse a ciudades santuarios, porque eso es un imán, están incentivando ir a vivir en esas áreas».
Consultado si los inmigrantes estaban siendo trasladados específicamente a esas localidades y si su respuesta era no, McAleenan respondió con un escueto “correcto».
Las declaraciones de McAleenan se conocieron después de que esta semana las autoridades de Florida y el propio gobernador, el republicano Ron DeSantis, se manifestaran en contra de la transferencia de familias indocumentadas desde la frontera a Florida, entre otros destinos de Estados Unidos.
El pasado 12 de abril, el presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó que está estudiando “en serio” la posibilidad de enviar a indocumentados detenidos por las autoridades a las llamadas “ciudades santuario”, localidades generalmente lideradas por demócratas que no destinan recursos a perseguir a inmigrantes.
Trump se pronunció en Twitter horas después de que el diario The Washington Post informara de ese plan y que la Casa Blanca asegurara que esa idea estaba descartada.
El plan, según el rotativo, consistiría en transportar a los inmigrantes bajo custodia de las agencias migratorias a las ciudades o circunscripciones santuario, que optan por proteger a los indocumentados y se niegan a informar a las autoridades federales del estatus legal de las personas arrestadas.
Esa idea se estudió tanto en noviembre como en febrero, y la Casa Blanca argumentó ante el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) que su intención era tanto aliviar el problema de falta de espacio en los centros de detención, como enviar un mensaje a los demócratas.
En noviembre, ante la llegada de una caravana de centroamericanos a la frontera, la Casa Blanca propuso en un correo electrónico arrestar a esos indocumentados en la frontera y después enviarlos en autobús a “ciudades santuario pequeñas y medianas».
Cuando la Casa Blanca insistió en el plan el pasado febrero, el ICE, encargado de la detención y deportación de indocumentados dentro del país, la rechazó como inadecuada por problemas presupuestarios y de imagen pública, según el Post.
Fuentes del Congreso y de ICE consultadas por el diario atribuyeron la insistencia en la idea a Stephen Miller, un asesor de Trump conocido por su línea dura contra los inmigrantes.