Estadísticas

La estadística es una ciencia, muy útil por cierto. Tan útil que las demás ciencias prácticamente no podrían existir sin ella.

Y para el hombre viene a ser una herramienta tan versátil que tanto sirve para hacer el bien como el mal, así como para arribar a conclusiones inútiles o a conclusiones trascendentales.

Gracias a la estadística, por ejemplo, los científicos de Google han detectado 20 situaciones curiosas que no puedo dejar de mencionar para dar sustento a lo que planteo como prueba de que esta ciencia se puede aplicar a todas las cosas. Veamos:

1. Se imprimen más billetes de monopoly que de verdad cada año.
2. Hay más gente que usa cepillos de dientes azules que rojos.
3. En promedio una persona se ríe 13 veces en un día.
4. Las uñas de las manos crecen 4 veces más rápido que las de los pies.
5. El 85% de las mujeres utiliza un sostén de la talla incorrecta.
6. El 14% de las personas se comen las pepas de la sandía.
7. Un hombre tiene seis veces más chances de ser alcanzado por un rayo que una mujer.
8. Una persona en dos billones llegará a vivir más de 116 años.
9. Cuando nadie los mira un 47% de las personas toma la leche directamente del envase.
10. En promedio una persona utiliza 57 hojas de papel higiénico en un día.
11. Se estima que globalmente en el mundo siempre hay al menos un 7% de la población que se encuentra borracha.
12. Logitech estima que la probabilidad de que un control remoto perdido esté entre los cojines de un sofá es de un 50%.
13. Se utilizan más calorías en consumir apio que las que se obtienen de comerlo.
14. En promedio una persona pasa dos años de su vida al teléfono.
15. Más de un 25% de los bosques del mundo están en Siberia.
16. Alrededor de un 5% de los sueños son en blanco y negro.
17. Si una niña tiene una Barbie lo más probable es que tenga más de siete.
18. En promedio a una persona le toma siete minutos dormirse en la noche.
19. En promedio una persona se cambia de casa 11 veces en su vida y en promedio cada seis años.
20. Uno de tres dueños de perro reconoce haberles hablado a través del teléfono.
Y para terminar, algo que, sin ser cientítico, pude comprobar ayer: de mi casa al trabajo tardé dos horas en automóvil gracias a los tapones, trayecto que solía recorrer antes en 10 minutos. ¿Progreso o retroceso?