Solía escuchar, con cierta frecuencia, al profesor Juan Bosch decir que de todas las actividades que realiza el ser humano, probablemente la más importante era la económica, debido a que de ella se derivaban todas las demás, incluyendo la política.
Aunque el ex presidente de la República hacía el planteamiento, en ese caso, siguiendo el pensamiento marxista, no menos cierto es que perfectamente podría aplicarse al modelo económico capitalista que impera actualmente en República Dominicana.
Resulta un imperativo para los Estados cuidar la sanidad de sus economías, en el camino de garantizar la estabilidad política y social de sus habitantes. Una mirada geopolítica a lo que ocurre en el panorama mundial evidenciará focos de convulsiones en diferentes partes del mundo, al punto que economías históricamente estables, como el caso de la chilena, se han visto impactadas por levantamientos sociales de considerable dimensiones.
Afortunadamente en el país llevamos varias décadas de crecimiento económico ininterrumpido con estabilidad política y social, un lujo que no han tenido en América Latina Brasil, Haití, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Argentina y Chile, entre otras naciones.
De acuerdo a las más recientes cifras del Banco Central, en el mes de septiembre la actividad económica real registró un crecimiento interanual de 5.1%, luego de haber alcanzado un 4.8% en agosto. De esta forma, durante los primeros nueve meses del año, el Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó un crecimiento interanual de 4.8%, el más alto de América Latina y el Caribe.
Las actividades de mayor incidencia durante los primeros nueve meses del año han sido los Servicios Financieros (8.8 %), Construcción (8.5%), Energía y Agua (7.9%), Otras Actividades de Servicios (6.9%), Transporte (5.2%), Actividades Inmobiliarias (5.0%) y Agropecuaria (4.2%).En tanto, la estabilidad de precios también es envidiable, reflejada en una inflación acumulada de 2.38%, a pesar de la sequía que ha afectado al territorio nacional, provocando una disminución en la producción de alimentos.
Otro aspecto importante a destacar de la economía dominicana, ha sido el tipo de cambio, que no obstante a los efectos que sobre el mercado cambiario han tenido el escenario internacional adverso y el entorno doméstico caracterizado por la incertidumbre propia del proceso electoral, la depreciación acumulada se ha mantenido este año por debajo del promedio de América Latina, alcanzando 4.9%.
Existe, sin embargo, una seria amenaza de que ese panorama de estabilidad macroeconómica pudieran verse impactado negativamente debido a la situación de incertidumbre política, agudizada luego de la celebración de las elecciones primarias, proceso del que eclosionó el enfrentamiento entre los liderazgo del presidente Danilo Medina y del expresidente Leonel Fernández, quienes se debatían en control del Partido de la Liberación Dominicana, organización que gobierna desde 2004.
La salida de Fernández, alegando un fraude electoral, y su paso de conformar una nueva agrupación para competir en las elecciones municipales, congresuales y presidenciales del próximo año, ensombrece aún más el panorama; incluso se desconoce si legalmente pueda inscribir su candidatura.