¿Está el ser humano programado para creer en un Dios?

La religión ,la creencia en seres sobrenaturales, incluidos dioses y fantasmas, ángeles y demonios, almas y espíritus,se encuentra a lo largo de la historia y en todas las culturas.
La evidencia de la suposición de la existencia de una vida de ultratumba data de hace al menos 50.000 a 100.000 años atrás.
Es difícil conseguir datos exactos sobre el número de creyentes hoy en día, pero algunas encuestas sugieren que hasta el 84% de la población mundial es miembro de grupos religiosos o dice que la religión es importante en su vida.
Esta es una época de acceso sin precedentes al conocimiento científico, que algunos consideran que no concuerda con la fe religiosa. Entonces, ¿por qué la religión es tan omnipresente y persistente?
Psicólogos, filósofos, antropólogos y hasta neurocientíficos han sugerido posibles explicaciones de la predisposición natural a creer, y para el poderoso papel que la religión parece jugar en las vidas emocionales y sociales.
Muerte, cultura y poder
Las actividades religiosas más tempranas aparecieron como respuesta a cambios corporales, físicos o materiales en el ciclo de la vida humana, principalmente la muerte.
Los rituales de duelo son una de las formas más antiguas de experiencia religiosa. Muchos de los ancestros no creían que la muerte era necesariamente el final de la vida. Era una transición. Algunos creían que los difuntos y otros espíritus podían ver lo que pasaba en este mundo y hasta tenían cierta influencia en los eventos que ocurrían.
Esa es una noción verdaderamente poderosa. La idea de que los muertos o hasta los dioses están presentes y pueden intervenir en las vidas es reconfortante, pero también lleva a ser muy cuidadosos con lo que se hace.
Los humanos son esencialmente seres sociales y por ello viven en grupos; como grupos sociales tienden a la jerarquía, y la religión no es una excepción. Cuando hay un sistema jerárquico, hay un sistema de poder, y en un grupo social religioso, esa jerarquía localiza a su miembro más poderoso en la cima: la deidad , Dios.
Es frente a Dios que hay que rendir cuentas.
Hoy en día, la religión y el poder siguen conectados.
Estudios recientes muestran que recordar a Dios hace al hombre más obedientes.
Hasta en sociedades que han tratado de reprimir la fe, surgieron cosas que tomaron su lugar, como el culto a un líder o al Estado. Entre menos estable política y económicamente sea un país, más probable es que la gente busque refugio en la religión. Los grupos religiosos a menudo pueden ofrecer el apoyo que los Estados no proveen a quienes se siente marginalizados.
Así que factores sociales ayudan a desarrollar y reforzar la fe religiosa, así como lo hace la manera en la que nos relacionamos con el mundo y con los demás.
Dioses como otras mentes
En todas las culturas, los dioses son esencialmente personas, hasta cuando tienen otras formas o carecen de forma física.
En la actualidad, muchos psicólogos piensan que creer en dioses es una extensión del reconocimiento, como animales sociales, de la existencia de otros, y de la tendencia a ver el mundo en términos humanos.
Proyectar pensamientos y sentimientos humanos en otros animales y en objetos, e incluso en fuerzas naturales, y esta tendencia es una piedra fundamental de la religión.
Es una idea antigua, que se remonta al filósofo griego Jenófanes, a quien se le cita argumentando que si los animales pudieran pintar, representarían a los dioses con formas animales.
De manera que la creencia religiosa puede estar fundada en los patrones de pensamiento y cultura humana. Algunos científicos, sin embargo, han ido un paso más allá y han escaneado el cerebros en busca del legendario «punto Dios».
Dios en el cerebro
Los neurocientíficos han tratado de comparar los cerebros de creyentes y escépticos, y de observar qué pasa en el cerebros cuando se reza o se medita. Se sabe muy poco en este campo pero hay algunas pistas.
El cerebro cambia a lo largo de la vida, a medida que el ser humano se desarrolla y experimenta cosas nuevas. Virtualmente todas las partes del cerebro están involucradas en todo lo que se hace y se experimenta, así que no sólo no existe un «punto Dios», sino que no hay un punto específico del cerebro dedicado a sólo una cosa.
Hay algo que sí se sabe: el cerebro humano es el más avanzado del mundo animal, y el único con una maravillosa capacidad: la de darle sentido a la realidad.
estrategias para dar significado.
Las creencias religiosas le ayudan a los humanos a ordenar y encontrarle el sentido a sus vidas. Y los rituales en particular pueden «darle puntuación» a la vida, marcando los eventos más cruciales.