Lily Montaño.
Toda relación humana está bajo el orden y principio del dar y recibir, en eso se basa lo sana y equilibrada que debe ser para que los involucrados se sientan acogidos y compensados en la inversión emocional que hacen en la misma.
Sin embargo, muchas veces, la relación presenta un déficit yendo a la profundo de los números rojos o al mismo quiebre y es cuando se da y no se recibe, o lo que se recibe es tan poco y casi por obligación, que no equilibra la balanza.
Es cuando inicia un nivel de toxicidad que achacamos demandando más del otro que muchas veces no está en capacidad de dárnoslo o no le interesa, y nos mantenemos en la relación recibiendo esas limosnas que por dentro socavan nuestra energía, porque estamos apagando el propio amor.
A veces nos quedamos recibiendo los restos de atención, tiempo, por temor a perder algo que la gran mayoría de las veces está perdido.
Comunicar las necesidades es una de las vías importantes para una relación constructiva porque ¿qué me mantiene en una relación deficitaria?, ¿la imagen?, ¿esperar que el otro cambie? Es mi responsabilidad estar bien. Entonces, comienzo dándome lo que necesito y retirándome y valorándome cuando no recibo ni están dispuestos a darme en la justa medida.
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