Es espeluznante la tragedia tipo cine policial que atenaza a la opinión pública desde la madrugada del viernes, cuando el jefe de la DNCD hasta 2020 mató a tiros a un ciudadano tras una aparente riña de borrachos. Cada nuevo detalle estremece y obliga a preguntarse cómo un oficial naval que había sido cancelado, juzgado y condenado por otro asesinato anterior, pudo ser reingresado a la Armada y encargado de una muy delicada tarea de seguridad pública: el combate al narcotráfico.
Tras una rápida y efectiva investigación del Ministerio Público y la Policía, el imputado quedó arrestado al entregarse en la Fiscalía. Está acusado de homicidio voluntario causado con arma de fuego ilegal.
Igual a como ocurre con los escándalos de corrupción, hay peligro de una condena mediática sin que haya un juicio en que se oiga al acusado.
Empero, aparte del asesinato en cuestión, ¿no merece el país alguna explicación por las pasadas autoridades o el gobierno sobre por qué y cómo este señor dirigió la DNCD? San Antonio no basta…