Espejismos legislativos

Espejismos legislativos

Espejismos legislativos

Frederich E. Bergés

Se dice que ocurre un espejismo cuando se presenta una ilusión óptica, como en los desiertos, y por un fenómeno físico se provoca una imagen falsa o realidad engañosa.

Tal es el caso de algunas iniciativas legislativas de parte de políticos electos que piensan más en su permanencia entre las mieles del poder que en los intereses de los ciudadanos que están llamados a representar.

En días pasados observamos cómo un grupo de diputados depositó un extenso proyecto de ley con el cual pretenden modificar el sistema de seguridad social imperante en el país. Para cumplir su objetivo, el grupo se apoya en diferentes propuestas elaboradas por una coalición política de carácter cívica y de intereses mancomunados, bajo el lema de una supuesta búsqueda del bienestar social común.

Pero dicha propuesta de proyecto para conocerse en la Cámara de Diputados carece de total transparencia al omitirse los fundamentos financieros que la harían viable, tanto en sus bases actuariales como de sus fuentes de financiación. Cálculos preliminares para la imposición de régimen de pensiones mínimas universal, así como cobertura sanitaria, indican que para poder iniciar dicho objetivo se requerirá de sumas de dinero equivalente a más del 10 % del presupuesto nacional, o que sería igual al 2.3 % del producto interno bruto (PIB).

Como si esto fuera poco, destinaría los ahorros acumulados por los dominicanos cotizantes del actual sistema al sector público en un modelo similar al quebrado Banco de los Trabajadores o el antiguo Instituto Dominicano de Seguros Sociales. Todo un acto de populismo demagógico político.

¿Vale preguntarse si los propulsores de esta incitativa han preguntado a los millones de cotizantes si desean que el Estado maneje sus ahorros? ¿O si es un acto de responsabilidad legislativa proponer leyes que para poder llevarse a cabo habría que duplicar el actual déficit fiscal? Sustituir algo bueno y mejorable, como es la Ley 87-01, por una quimera utópica es más un espejismo legislativo que un compromiso con la realidad de la nación.



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