SANTO DOMINGO.- La naturaleza es perfecta, y en ella todo y cada quien juega su rol dentro de los ecosistemas, así que las especies carroñeras también desempeñan una importante labor.
Se trata de los animales conocidos además como necrófagos, que se alimentan de otros en proceso de descomposición o muertos, y fungen de limpiadores en los diferentes hábitats.
Dentro de estas, tanto en ambientes terrestres como acuáticos figuran la jaiba de río, las hienas, escarabajos, algunos insectos, los cangrejos ermitaños y marinos, tiburones y palomas de cuevas.
Aves
En el caso particular de las aves, Judá Isaí Martínez Uribe, técnico del Departamento de Vida Silvestre, de la Dirección de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cita además a los cóndores y buitres.
“Otros que podemos incluir son las águilas, halcones, gaviotas y cuervos, que, aunque no sea su fuente principal de alimento, son oportunistas y aprovechan la carne de algún animal muerto para nutrirse”, puntualizó el técnico.
Martínez Uribe sostiene que las aves carroñeras cumplen un rol muy importante, que es el acelerar la descomposición de cadáveres y remover de manera más rápida la presencia de esos restos del ambiente, eliminando bacterias y enfermedades dañinas para otros seres vivos, y que gracias a las enzimas digestivas que poseen, estas no les afectan.
“En la Hispaniola tenemos un ave carroñera residente, que vive y se reproduce en la isla, se distribuye tanto en Haití como en República Dominicana, en zonas montañosas como bosques secos y costas, la conocemos como maura tiñosa o aura, su nombre científico es Cathartes aura y pertenece a la familia taxonómica Cathartidae, la cual incluye a los cóndores y otros buitres”, dijo.
Mito
Martínez Uribe afirma que existe la creencia errónea de que esas aves son malas y acaban con las de corral, pero estas no acostumbran a cazar y solo lo hacen si no encuentran una fuente de alimento por mucho tiempo, lo cual es raro.
Define las auras como animales gregarios, y lo más común es verlas en bandadas de al menos dos (2) ejemplares, aunque siempre puede haber la excepción de verlas volando solas.
Agrega que tienen muy buena vista y excelente olfato que les permite encontrar su alimento fácilmente; no son capaces de producir sonido, ya que a diferencia de otras aves carecen de órgano para hacerlo y lo único que generan son leves gruñidos y siseos.
Un último dato curioso es que las hembras y machos a simple vista son idénticos. De ahí es complicado diferenciarlos, precisó el técnico.