SAN CRISTÓBAL.- El día de la explosión en San Cristóbal, Víctor Encarnación se preparaba para salir de su casa a entregar unos domplines, pero el fuerte estallido acompañado de la lluvia de piedras y concreto lo detuvieron y alarmaron.
Inmediatamente, se movilizó hacia la calle Padre Ayala y la escena que vio de heridos, muertos y el fuego, asegura no podrá olvidarla nunca.
Es así como a casi una semana de la tragedia, en el ambiente se siente el pesar de los residentes que, poco a poco, tratan de volver a la normalidad y abriendo sus negocios, en el caso de comercios cercanos al siniestro.
«Estamos mejor, pero eso va a marcar a uno para toda la vida», expresó Encarnación a reporteros de EL DÍA, recalcando que las imágenes de las víctimas no se borra de su mente.
Manifestó que agradece haber salido unos segundos antes de su cocina, donde cayó un pedazo de concreto que le dañó ese espacio de su casa.
En la escena, las autoridades siguen con la remoción de escombros para tratar de viabilizar el área.
La explosión ha dejado 32 personas muertas y más de 50 heridos.
El Ministerio de Salud Pública se encuentra en la zona brindando apoyo psicológico a las familias de los afectados y a los residentes del lugar que vivieron momentos de desesperación.