Increíblemente, el deporte de la esgrima es de los más nuevos que se practican en el país, y es de los que más ruido negativo hace. Un deporte que no lo practica ni un “gato y medio”, porque no llegan a dos, solo se desarrolla entre problemas dirigenciales.
Una etapa difícil empezó con Junior Arias Noboa, quien hizo historia en el deporte dominicano en el 2016, al someter a la justicia ordinaria a las atletas de la selección de esa disciplina Violeta Ramírez, Elsa Mateo y José Miguel Quezada Mora, así como a los monitores Pedro Wilmore y Altagracia Reynoso, quien fue sometida junto a su esposo José M. Aquino, por alegadas faltas graves, que luego no pudo probar.
La situación con Arias Noboa fue tan difícil que para resolverla tuvo el Comité Olímpico Dominicano (COD) que intervenir la Federación de Esgrima (Fedomes) y con la participación de representantes de la Federación Internacional de ese deporte se hicieron elecciones que dejaron fuera a Arias Noboa.
Con la salida de Arias Noboa se creía que reinaría la paz en esa entidad, pero no, ahora están lidiando con Luis Ciprián, quien al llegar a la presidencia se transformó y complicó más la situación en Fedomes. Su primer enfrentamiento fue con el director técnico Gilberto Soriano, quien le renunció casi de inmediato.
Ahora Ciprían enfiló los cañones contra la ex selección nacional Glenis Samuel, quien además es presidenta de la asociación de San Pedro de Macorís y vocal del comité ejecutivo de la federación, a quien le envío un acto de aguacil suspendiéndola de toda actividad en la esgrima, eso es sin ir a ningún juicio.
Ciprián, en su gestión de dos años, es acusado por no cumplir con los estatutos de Fedomes. Hizo una asamblea, sin las 13 asociaciones que fueron a las elecciones que ganó, queriendo utilizar al enlace del COD con esa entidad, Gerardo Suero Correa, para que la legalizara y éste en una llamada que le hice negó rotundamente que participara darle credibilidad a esa actividad.
Considero que ya es tiempo que las autoridades del COD no sigan de espalda a la realidad de cómo se maneja esa federación.