Esencia y autenticidad

Esencia y autenticidad

Esencia y autenticidad

La imitación es tremendo elogio oblicuo. Trujillo replicó la sabia treta de Lilís de sugestionar al público con trajes fastuosos, incluyendo sombreros emplumados. Quienes emularon los manerismos de Fidel Castro, fueron burdas caricaturas.

A Balaguer, compatriotas reformistas le imitaban habla y gestos, quedando como malos payasos. Hay signos externos de la comunicación política que valen más que cualquier esfuerzo por venderse como lo que no se es.

A Jorge Blanco lo mercadearon tan exitosamente como un fenómeno que, al cabo de su período, la frustración no era sólo por su pésimo desempeño, sino por el enorme desengaño ante expectativas creadas.

Ahora vemos más de eso, con un candidato acartonado que se burla del Penco dizque por bruto, pero que entonces sale a imitar a otro líder de su partido que rompió esquemas andando en jeans y camisa. A David no lo querrán mucho sus colegas del PRM, pero copian su estilo. Parecidamente, a Gonzalo lo abruman con memes y chanzas, pero fracasan imitando su vocación de servicio. Lo esencial es inimitable.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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