Cuando Dimaggio Abreu dijo “allí está Juan Francisco”, todos reaccionamos, pero él estaba aquí.
No se trataba del comisionado del Caribe, Juan Francisco Puello Herrera, quien estuvo en la rueda de prensa de Ricky Noboa, sino del antesalista e inicialista de los Tigres del Licey, dejado libre el sábado por los Cerveceros.
“Mister 411” estuvo bateando en el estadio Quisqueya. Un retorno ¡apresurado! que no da buenas señales (¿?). Un muchacho de 26 años y con el poder que ha mostrado en la pelota dominicana no debe quedar sin trabajo.
En la pretemporada bateaba .346 (26-9), tres jonrones, seis remolques y nueve ponches. ¡Esos malditos ponches! Se alegaría que se poncha cada 2.73 turnos (709-259) y que no es buen jugador defensivo, ni en tercera ni en primera. Tampoco ha sido prolífico jonronero allá, sacándola cada 19 turnos (32 en 709).
Francisco perdió el puesto de Mark Reynolds (Rey del Ponche), único con tres campañas con dos centenas de ponches y estrucado cada 2.67 turnos (3,418-1276). Nada, debe poner su cabeza a tiempo completo en el juego y salir a buscar trabajo. Ese bate debe sonar, pero “en pelota”.