Ningún país de América Latina se atrevería a emular el régimen socialista de Venezuela. Los intelectuales latinoamericanos tampoco le darían un visto bueno a los Colectivos que defienden la revolución.
La actual administración pública de esa entrañable nación está disfrazada de “madre piadosa”, y por esa razón los innumerables pobres defienden el régimen a cambio de recibir comida, y de conquistas sociales muy pírricas. Solo los muy pobres y los ignorantes creen en esa farsa, que es la revolución bolivariana, y en Maduro o Diosdado, como los destinados por la providencia a ser eternos al frente del gobierno y a ser jefe del partido gobernante, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El otro asunto es que casi todo lo que huele a crisis política Venezuela se lo ve como noticia mediática. Es por eso, que al tratar el tema de los Colectivos chavistas, debemos sentir si puede considerar un asunto real o como una noticia mediática, cabe preguntarle a la gente sobre la crisis política de esa nación, si tiene algún rostro, si hay algo de verdad.
La respuesta está en la violencia que están desatando los Colectivos, que creen estar defendiendo la revolución de Maduro, cuando en realidad hacen posible la destrucción de la nación, porque sin darse cuenta va aumentando muy raudamente la pobreza en Venezuela, el crimen de Estado, a cambio de más ayuda de miseria que les otorga el poder de arriba; crece la desnutrición y las riquezas desaparecen.
Los gobiernos que se oponen a Maduro deben certificar la veracidad de los Colectivos. Si es cierto que los dirigentes cada vez son más ricos y más poderosos, y también la verdad de los Colectivos, pues se ha visto un video del número dos entrenando a los Colectivos, como si fuera una escuela de la muerte, para sembrar terror a la población.
Originalmente estos Colectivos fueron creados por Hugo Chávez, como grupos comunales para ser usados en actividades como educación, producción agrícola, servicios sociales, muy rápidamente degeneraron como grupos de choque y de control a la población.
En la primera etapa se les dotó de motocicletas, carnets especiales y ahora poseen armas militares, reciben recursos del gobierno, además de ser incontrolables. El país entero está lleno de Colectivos, y de todos ellos hay aprehensión en la sociedad.
Cuando están organizando las colas infunden temor a la población para que no exprese su inconformidad con el régimen, se hacen presentes en las marchas para golpear a los manifestantes opositores, y los utilizan para perseguir a los líderes de la oposición política, algunos de los cuales están presos por su intermediación.
En las últimas apariciones públicas del presidente encargado Juan Guaidó, el cable ha mostrado a los Colectivos asediando la caravanas de esos líderes opositores.
Los Colectivos obran por el poder de estar al amparo del gobierno, que es un sentimiento universal del delincuente; muchos son personas con antecedentes penales y temen ser encarcelados, antes fueron pandilleros y delincuentes comunes.