Escuela de Arqueología

Escuela de Arqueología

Escuela de Arqueología

Wilfredo Mora

La Arqueología es una fuente histórica por derecho propio. Su fundamento y su objeto de estudio es el testimonio arqueológico, el cual no es una mera “aclaración de textos históricos”, sino una real historia arqueológica, que es posible a través del rescate de documentos y de materiales arqueológicos.

Gracias a la arqueología, el comportamiento humano puede analizarse a partir de artefactos, que a veces llamamos reliquias (objetos transportables) y monumentos (si están enraizados en la tierra).

Existe una arqueología tradicional que tiende a la historia, y otra que adopta un carácter aplicado, es decir, preventivo, porque tiende a preservar los yacimientos arqueológicos.

En Santo Domingo no se formaron los arqueólogos, aunque se sabe que unos años antes de fundar el Museo del Hombre Dominicano (12 de octubre, 1973) y la Escuela Nacional de Antropología (Decreto 707, G. O. No. 9372, de 1975) (que nunca funcionó) se realizó el único intento de Escuela de Arqueología.

Fue en 1971, en la UASD, a raíz de la llegada al país, desde España, de Marcio Veloz Maggiolo, quien dictó el primer curso de Arqueología, por un período de un año. Los profesores fueron, entonces: Marcio Veloz Maggiolo, Plinio Pina Peña, Ml. de Js. Mañón, June Rosenberg y Fdo. Morbán Laucer. Asistieron unos 40 participantes, entre ellos, Renato Rímoli Martínez.

Surge, pues, la cuestión. ¿Por qué no hay una carrera de Arqueología, una Escuela oficial, en nuestro país? El tema tuvo lugar en el Curso Avanzado “Arqueología del Caribe”, que auspicia el Centro León Jiménez, de Santiago de los Caballeros, y concluye este 6 de noviembre.

En los 80, como carrera única en el país, la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) abrió la primera Escuela de Arqueología, en grado de Técnico y de Licenciado, y también la carrera de Antropología Física. Duró abierta hasta 1998.

Rindió sus frutos, y conozco a algunos de los graduados: he leídos sus informes, hoy depositados en la Comisión para la Consolidación y Ambientación de los Monumentos Históricos de la Ciudad de Santo Domingo, que es donde se encuentran la mayor cantidad de datos de los estudios arqueológicos dominicanos.

Aquella experiencia, sirvió para reflexionar sobre la figura del arqueólogo, un informador experto, que hace abstracciones sobre el mundo material, fosilizado o no.

De acuerdo al perfil de egreso, un arqueólogo debe comunicar con eficacia la huella arqueológica, deber lograr que una cuadrilla de miembros de una excavación analice e interprete los materiales de los sitios arqueológicos, y reconstruya científicamente la historia, y también disponer de la arqueología como investigación y como proyecto cultural.

Esta parte de la situación actual de la arqueología es desoladora.

En la UASD, hubo un intento en el pasado de crear una mención de arqueología en la carrera de Antropología; nada aún. Allí sólo se forman antropólogos generales, sin vocación de investigación, la primera cualidad profesional.



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