Escribe tu historia

Escribe tu historia

Escribe tu historia

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Cada quien escribe su historia día a día, pues a cada uno de nosotros nos toca elegir, tomar decisiones y vivir con los resultados de ellas.

Y, aunque desde la misma concepción, debemos de lidiar con las expectativas de otros sobre lo que “debemos ser y hacer”, está en nosotros asumir el control y aclarar a los demás que, a pesar del amor, cariño y respeto que sentimos hacia ellos, no pueden ni deben trazar el camino que hemos de andar.

La vida es una elección y los cambios de año son uno de los mejores escenarios para pasar balance, tomar decisiones y trazar las metas para ser mejores personas y sentirnos felices… y es que la felicidad es un estado no un fin.

Por eso, en estos días de transición al 2020, es propicio que hagamos una mirada retrospectiva a lo que somos y hemos logrado… y no a las cosas materiales que hemos acumulado.

Cuando escribamos la historia que queremos para el próximo año deberíamos incluir un renglón que diga en letras mayúsculas “ejercicio de la compasión y la generosidad” dentro de nuestras prioridades.

Son prácticas altamente espirituales que tienden a cambiar nuestra forma de ver la vida. No tienen que ser grandes cosas, inicie con actos simples… las consecuencias positivas lo pueden sorprender.

A partir de ahora, a pesar de la indiferencia colectiva, apelemos a las acciones de contacto genuino con las personas. Recordemos que muchos están a la espera de recibir nuestra solidaridad sin que, al ofrecerla, nos reste bienestar.

Y es que incorporar sencillas demostraciones de sensibilidad revelan un corazón permeable a la aflicción de otros, aunque la propia sea mayor.

Para el 2020, además de las metas personales y profesionales, dispongámonos con determinación a dar un poco de todo lo que hemos recibido.

Seamos agradecidos. Alimentemos la autoestima, asertividad, independencia y optimismo.

Ocupémonos de nuestra expansión espiritual y crecimiento humano. Seamos conscientes de las consecuencias de nuestros actos.

Mostrémonos como realmente somos y que sean los demás los que elijan lo que quieren ver y aceptar de nosotros. Haga lo mejor que podamos sin que esto drene nuestra energía ni nos obligue a hacer cosas que no deseamos. Pero, sobretodo, seamos consciente de nuestro propio valor y no nos regalemos.



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