Chris Duarte prepara su mudanza a Málaga para unirse al Unicaja

Santo Domingo. -Mientras en Málaga, el alto mando del Unicaja hace los aprestos para recibir al protagonista de su nuevo fichaje, el dominicano Chris Duarte prepara su traslado hacia el baloncesto europeo, lo que implica un nuevo reto y experiencia para él como baloncestista profesional.

Luego que sus Vaqueros de Bayamón se coronaron en el BSN de Puerto Rico y su consiguiente celebración del título, Duarte habló sobre la nueva etapa que le espera en Málaga como miembro importante del Unicaja.

En una entrevista en un programa de crónica social de Telemundo, televisión de Puerto Rico, el de Puerto Plata habló del Unicaja y lo que viene.

"Contento por la oportunidad, el abrir un nuevo capítulo con mi familia; ya tengo a los niños apuntados en el colegio, estamos preparando todo”, reaccionó Duarte.

"Acabo de firmar por el Unicaja. Me voy a vivir a Málaga. Preparándome ahora mismo para irme. Contento por la oportunidad que tengo en Málaga, en la Costa del Sol”, expresó Duarte.

El escolta reveló que “ya los niños están apuntados en el colegio. Emocionado de afrontar una nueva vida para nosotros. Cerramos una etapa y ahora se abre otro capítulo en Málaga”.

Experiencia en Puerto Rico

Duarte no pudo terminar la final de Vaqueros en Puerto Rico por una lesión en la espalda baja, pero sin dudas se gozó el triunfo de sus compañeros, incluida celebración.

Su no presencia en la etapa final del BSN se convirtió en un acontecimiento en el país boricua.

"Es difícil asumir que no iba a jugar la final, pero son cosas que hay que entender. En estos momentos mi preocupación es mi salud y recuperarme. Acepté la realidad de no jugar, me reuní con los doctores y decidimos que había que descansar, algo difícil porque soy un un jugador al que le encanta estar en la cancha", dijo Chris.

Los fanáticos…. “Una locura”

Es innegable que Duarte acaba de establecer una fuerte conexión con la ciudad de Bayamón y su todavía afición de Vaqueros.

"Es pura pasión y entusiasmo. Me pedían desde el calentamiento hasta el último segundo. Es otra cosa. Veía a la grada del pabellón esos instrumentos, a la gente bailando. Era otra cosa, una locura. Eso como jugador me daba un extra de motivación, como que me empujaba a dar el 110% y a darlo todo en cada partido por ellos. Se aprecia bastante".