La República Dominicana ha sido rica en lo referente a lo artístico, donde día por día nuevas figuras emergían desde los más apartados pueblos y campos del país, así como también de las zonas urbanas.
La radio, la televisión y la música se enriquecieron con talentos que de la noche a la mañana se convirtieron en referentes y ejemplo de calidad, cada uno en sus respectivas áreas.
Los 70, 80 y 90 fueron décadas de mucho estrellato, época en la que nuestros artistas, baladistas, merengueros, bachateros, locutores y presentadores de televisión descollaron por todo lo alto .
Sin embargo, en la última década el talento artístico dominicano ha bajado en calidad, popularidad y manejo. Los tiempos cambiaron y con ello su gente y hasta las costumbres.
Al parecer a nadie le importa la calidad y que las cosas se hagan bien.
Ya es normal oír palabras descompuestas en la radio y la televisión, escuchar canciones que atentan contra la moral y ver bonitos cuerpos de lindas chicas en programas de televisión, en ocasiones enseñando lo que solo estaría destinado para su pareja.
Los grandes artistas de hoy son los cantantes urbanos y no estoy opuesto a ellos, pues hasta escucho y disfruto las canciones de algunos de sus exponentes, pero es necesario mejorar la calidad para poder exportar un buen material que nos represente con dignidad en el extranjero.