¿Cuál es tu método de escape? Me refiero a ¿qué sueles hacer cuándo necesitas estar sin ruido a tu alrededor? Si no lo habías pensado, es momento de hacerlo porque marcarán un antes y depués en tu vida.
Es necesario desconectar de vez en cuando. No solemos darnos cuenta porque el día a día nos lleva a un ritmo tan desenfrenado entre responsabilidades, compromisos e imprevistos, que estamos agotados física y mentalmente y no sabemos por qué. Tenemos una sobrecarga de calendario.
Ahora, si no estás haciendo algo, no eres nada. Y muchas veces tenemos lo propio y lo ajeno. Lo peor es que se lo estamos pasando a nuestros hijos que están creciendo con esa ansiedad. El estrés se ha convertido en algo propio de la rutina.
En esta era de la información superlativa, somos menos conscientes de lo que realmente hacemos con nuestra vida porque no nos dedicamos el tiempo para analizarlo.
Por eso he establecido dentro de ese calendario mis momentos de escape, puede que suene ya de por sí estresante cumplirlos, pero es la única manera de lograrlo. Y funciona, te lo aseguro, siempre y cuando, real y efectivamente, desconecte. Ahí entra la parte más difícil. Ahí es cuando descubro mi dependencia de estar conectada, enterada y de no dejar nada pendiente.
Pero lo voy logrando, mi cuerpo, mi mente me lo agradecen enormemente sin contar todo lo que me rodea. Estoy de mejor humor, soy más eficiente y aprovecho más el tiempo.
Si estás constantemente cansado, malhumorado y con esa sensación de no llegar, te vuelves más lento, menos efectivo y a la larga cuando debas parar, será por más tiempo. Busca tus métodos de escape y no los aplaces. Serás mucho más feliz.