La vergüenza “vivida” el sábado en el Teatro Nacional Eduardo Brito los deportistas la “gozamos” a cada momento.
Casi todas las instalaciones deportivas sufren de “goteritis aguda”, principalmente por la falta de mantenimiento histórica.
En los pueblos y los barrios a cada rato se suspenden eventos, salvo que se recurra al sistema de la “ponchera” y el “suape”.
La situación cobra dramatismo cuando se trata del emblemático Teatro Nacional y el mundialmente famoso Ballet Clásico de Praga. En el deporte, como papelazo internacional, recordamos que Centrobásket 2010 por poco se suspende por las goteras y la falta de aire acondicionado en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto que mantenía el piso resbaladizo.
El Palacio del Voleibol Ricardo Arias también quedó pendiente de la reparación del techo en la remodelación de 2012.
Los dos años que se montó aquí el Grand Prix de Voleibol (2012 y 2013) los organizadores subieron dos hombres con “chicles” a tapar las goteras, apelaron a San Isidro, el que quita el agua y pone el sol, y cruzaron los dedos. ¡No llovió!